
Si miramos nuestra historia podremos encontrar momentos en que nuestra relación de pareja no ha estado bien, el diálogo cuesta, existe tensión en la interacción entre ambos, la impaciencia aumenta, los detalles parecen no estar presentes. Esta realidad nos muestra el estado en que se encuentra cada uno y poco a poco se hace más evidente que algo no anda bien, ¿te has sentido así en algún momento?
Si tu respuesta a la pregunta anterior fue sí, debes saber que a la situación descrita le llamamos crisis y es un momento en el cual hay un desequilibrio interno en algún ámbito de la relación, que genera malestar por lo que la capacidad de afrontar los obstáculos es limitada en comparación al momento previo a la crisis. Tradicionalmente hemos creído que las crisis son negativas por el malestar que generan, sin embargo, es lo más natural en la experiencia de la relación de pareja pues los dos viven cambios retadores a lo largo de su vida y eso puede suponer momentos de incomprensión que requieren ajustes en las dinámicas establecidas en la relación y de manera individual con cada persona.
Ahora, hablemos un poco de los tipos de crisis (no todas surgen por las mismas situaciones), la primera es conocida como crisis circunstancial, en este tipo de crisis ha ocurrido un evento especial como puede ser una pérdida de trabajo, enfermedad, muerte de un ser querido, etc, usualmente genera en la pareja la necesidad de reacomodar dinámicas ya establecidas que implica no solo aspectos afectivos, sino económicos, familiares, laborales y demás. Hay otro tipo de crisis conocida como crisis del desarrollo, que es generada por los cambios del momento de vida que vive la persona, por ejemplo el inicio de un nuevo trabajo, el casarse y empezar a convivir juntos, el proceso de convertirse en padres, un cambio de país, de residencia, entre otros.
Es común que, frente a este asunto surjan ciertos mitos como por ejemplo la nombrada crisis de los cinco o siete años, sin embargo no hay un tiempo definido con exactitud ya que las crisis pueden darse en cualquier momento y no es preciso atribuirle al tiempo de la relación. Lo que sí es cierto es que todos estos cambios hacen parte de la vida de pareja, para superarlos depende mucho de las estrategias que usemos y los ajustes que hagamos en la relación.
Ahora, ustedes se estarán preguntando ¿y qué hago si mi pareja y yo estamos pasando por una? ¿Existe una solución? por eso, les compartimos tres claves para superar una crisis en el noviazgo:
- Recen por la situación que viven: De manera individual, y en oración, piensa lo que estás sintiendo y, junto al Señor, pídanle que les ayude a buscar crecer en el amor y el bien mutuo por encima de todo. Te recomendamos dar importancia a este momento ya que te puede ayudar a tener más claridad para hablar con tu pareja posteriormente. Pregunta qué puede aportar: ¿cómo puedo cultivar el amor en esta situación?
- Hablar en primera persona: Hablar con mi pareja desde mi experiencia personal con caridad y no acusando o juzgando al otro (algo que funciona muy bien es decir como me siento frente a la situación, ejemplo: me siento triste porque me gritaste y no me gusta que me griten). Esto hará que tu pareja asimile la experiencia y dimensione las consecuencias de lo que sucedió. Una pregunta que puede aportar: ¿Qué puedo hacer para escuchar al otro de tal manera que beneficie el diálogo?
- Identificar el origen del conflicto: Es importante que se haga énfasis en la raíz del conflicto, algunos ejemplos que aportan al surgimiento de una crisis son: la forma establecida en la relación para comunicarse, las expectativas que cada uno tiene, los miedos personales que se cargan, la dinámica de relación con la familia de cada uno, entre otros. Pregunta que puede aportar: ¿Qué cambios podemos hacer para trabajar en esto que nos cuesta?
Sabemos que en ocasiones abordar cada uno de estos pasos no es tarea fácil, por eso consideramos importante, tener presente dos puntos, el primero, darse el tiempo que necesiten, no se trata de evitar hablar sobre lo que sucede pero en ocasiones si requerimos el tiempo necesario para tener una comunicación lo suficientemente asertiva y saber cuando es el mejor momento para dar lugar al siguiente paso.
Por otro lado, en nuestra experiencia ha sido fundamental en los momentos de crisis aprender a pedir ayuda, sobre todo cuando lo sucedido ha sido tan retador que no logramos conciliarlo a pesar de llevar a cabo los pasos anteriores. Les recomendamos tener un director espiritual y acudir a él, ir a terapia psicológica de pareja, y la última pero más importante: pongan todo su esfuerzo para seguir rezando. Dios también nos acompaña en estos momentos para que ese rompecabezas que parece no tener forma durante la crisis, pueda irse ajustando.
Por último, queremos compartirles un versículo que nos aporta mucho en los momentos de reto y dificultad:
“El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no es jactancioso, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad.” (1 Cor. 13,4-6)
Esperamos les sea de mucha ayuda.
Isa y Gary de @volveraloesencial_
Qué buenas orientaciones para los jóvenes. La escuela del noviazgo! Excelente!
Que articulo tan interesante. Super el poder ayudar a parejas jovenes que estan empezando su relacion. Ademas para parejas ya establecidas en matrimonio o convivencia quienes se sienten perdidas sin saber que camino tomar!
Gracias por el excelente aporte de Isabela y de Gary.
Sobre todo el de buscar la primera fuente de ayuda sabia Dios!
Bendiciones y muchas felicidades!????
Gracias por el artículo, aporta mucho sobre todo para las relaciones de la actualidad.