3 puntos a tener en cuenta a días de casarte!

Luego de vivir las exigencias de una pandemia en las que cientos de bodas fueron aplazadas, este año hay un mayor número de parejas que quieren aprovechar la pequeña flexibilización en cuanto a las medidas de bioseguridad y están ya preparándose para su matrimonio. Sin embargo, sea que vayan a hacer una fiesta o no, que quieran aprovechar para reunir a las familias o que prefieran hacer algo más íntimo, debemos recordar que lo más importante es el Sacramento que van a realizar, el cual a su vez es una vocación, un llamado que ambos han recibido y al que quieren responder desde su libertad y en gracia. Por eso vamos a ir dando algunas recomendaciones de cómo vivir ese último mes como novios el cual puede verse con muchas expectativas y con mucha ansiedad.

¿En qué debemos enfocarnos en el último mes de novios?

Es cierto que quizás los meses previos a la boda, la mayoría de parejas se enfoque en los preparativos, en la lista de invitados, en lo que se brindará a los asistentes, en el vestuario, entre otros. Esto nos puede llegar a agobiar física, emocional y mentalmente, pero si hemos empezado a organizar los preparativos con anticipación, seguro habremos pedido ayuda a familiares o amistades para organizar los distintos puntos ya sea en la ceremonia o en el brindis y si ya tenemos todo casi listo, entonces en lo que debemos enfocarnos ese último mes es en las siguientes tres áreas que detallaremos a continuación: cuidar nuestro bienestar mental-emocional, mantener el diálogo con nuestra pareja y aumentar la vida de gracia.

  1. Cuidar nuestro bienestar emocional

El cambio de etapa de vida que se está por realizar no es algo sencillo, aun cuando se tiene mucha ilusión y alegría por el matrimonio pueden aparecer miedos, inseguridades y dudas que si no se gestionan a tiempo pueden causar conflicto o un desbalance emocional. Por eso es importante, primero que nada, haber tomado el tiempo previo a este mes para tratar estos temas y segundo, procurar mantenerse en calma. 

Nos preguntaremos cómo lograr esto, empezando con cuidar nuestras necesidades más básicas y que influyen directamente con nuestro estado de calma y tranquilidad como: mantener un ritmo adecuado de sueño evitando insomnios u otros trastornos del sueño; cuidando nuestra alimentación para evitar problemas digestivos o desbalances químicos que pueden perjudicar nuestra salud; manteniendo espacios de actividad física o actividades que nos sean de agrado para incrementar las hormonas de la felicidad y el bienestar como la dopamina, serotonina y endorfinas. 

Si nos damos cuenta, aunque estas sean necesidades fisiológicas básicas, su relación con nuestro bienestar emocional es directa ya que si descuidamos nuestra salud incrementará el estrés y las emociones desagradables que nos desenfocaran de lo más prioritario. 

  1. Mantener la comunicación con nuestra pareja.

Aquí debemos hacernos un llamado de atención a ambos, a las mujeres porque en esa esencia femenina de interiorizar o ser detallistas en todo podemos obsesionarnos con que todo esté perfecto o impecable y nos desconectemos de la pareja u olvidamos tomarlos en cuenta en esos pequeños cambios de última hora que pueden surgir. Por su parte, los hombres en su esencia de protectores o proveedores de serenidad pueden intentar no comunicar los inconvenientes o reprimir sus emociones. Entonces, ¿cuál es la clave? Dialogar.

Dialogar no quiere decir que debamos sentarnos a conversar dos horas todos los días, quiere decir que nos apoyemos mutuamente, que sepamos que podemos confiar en el otro, que expresemos nuestro sentir, que esos pequeños o grandes cambios de última hora no sean un estrés sino algo que se puede solucionar en equipo, porque, después de todo, en menos de un mes nos convertiremos en el mejor y mayor equipo que tendremos para toda la vida. No hay que reservarse nada por miedo a no preocupar al otro, al contrario, hay que mostrarnos tal y como somos, no tener miedo a que la novia o novio vea nuestra vulnerabilidad,  pues eso justamente es lo que compartiremos de ahora en adelante.

  1. Aumentar o intensificar la vida espiritual

Somos seres multidimensionales e integrales, no podemos olvidarnos de nuestra vida espiritual, esta es la más importante, se puede decir que al final es la que va a fortalecer todas las demás áreas de nuestra vida y a darle sentido. 

Sencillamente se debe procurar a nivel individual y como pareja sacar esos espacios de diálogo con Dios, ofrecer en cada eucaristía nuestro futuro matrimonio, por supuesto no olvidarnos del sacramento de la confesión más que por requisito, porque en verdad se busca estar en un estado de gracia y de mayor fortaleza para resistir los temores o inquietudes de los últimos días de preparación. También se ha divulgado una bonita y sana práctica de hacer una novena al santo del día de nuestro matrimonio, esto nos puede permitir alcanzar una mayor devoción y mayores virtudes para vivir ese día.

El gran bonus agregado de mantenerse en vela, atentos como las vírgenes prudentes es que obtendremos ese fruto tan importante de la paz. No habrá cambio, frustración o duda que nos robe la paz y la calma pues nuestra confianza estará puesta en Aquel que todo lo puede y que todo lo basta. 

Ahora que sabemos en qué enfocarnos ese último mes como novios no nos dejemos envolver por la influencia del mundo o por la tentación del qué dirán. Sabemos cuál es nuestra prioridad, estamos respondiendo a un llamado de Dios que implica disposición, libertad y compromiso.

  • Ivonne Cumbrera
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