5 pasos para reconocer y sanar tus heridas

Estoy segura de que muchos de nosotros hemos escuchado hablar sobre las heridas, la importancia de conocerlas y sanarlas, pero también sé lo difícil que es reconocer y aceptar que estamos heridos, que hay algo en nosotros que duele y que lastima la relación que tenemos con nosotros mismos, con otros e, incluso, con Dios.

Lo primero es comprender qué son las heridas: estas son el resultado de toda situación, acción o palabra que nos ha lastimado y generado emociones desagradables (dolor, rabia, miedo, etc.), que no hemos reconocido y, por lo tanto, trabajado y sanado. Con esto, podemos afirmar que son muchas las situaciones o personas que nos pueden herir, pero lo importante aquí es comprender que el primer paso para SANAR es reconocernos heridos.

Ahora seguro se preguntan “¿Cómo o por qué estoy herido?”Desde que nacemos, llegamos al mundo con una herida del pecado original que solo sanamos con el bautismo (he aquí la importancia de hacerlo pronto), pero hay otras heridas que vamos, por decirlo así, adquiriendo a lo largo de nuestra vida y, aunque suene paradójico, es en la familia donde más somos heridos y lastimados. Estoy completamente segura de que ningún padre desea herir a sus hijos, pero, cuando estamos heridos, herimos a otros de forma inconsciente. Puede ser con las palabras que pronunciamos, la forma como reaccionamos frente a otros, nuestras actitudes, pero, sobre todo, las heridas se gestan en el corazón y en los pensamientos.

Es importante comprender que herimos a otros no porque seamos malos,sino porque estamos HERIDOS y, muchas veces, no lo sabemos. Entonces, ¿cómo podemos trabajar en algo que ni siquiera conocemos? Esta parte la considero importantísima, porque a veces, por el dolor que podemos sentir, nos aferramos a la situación o persona que nos hirió, buscando en ella la solución para sanar la herida. Por esto, te propongo estos 5 pasos para reconocer y sanar tus heridas:

  1. Reconocer que estas herido (o has herido a otros)

¿Cómo nos damos cuenta de que estamos heridos?Cuando algo en nuestra vida no funciona bien o nos está generado muchas emociones desagradables, situaciones como el no poder tener relaciones de pareja sanas, no poder comprometerme con mis decisiones. Soy una persona celosa, impulsiva, insegura de sí misma, el miedo me paraliza y muchos ejemplos más que son una alerta para reconocer que estamos heridos, ¿y, bueno, ahora que sé que estoy herido/a, qué hago?

  1. Aceptar tus heridas

Me gusta diferenciar el reconocer las heridas con el aceptar las heridas, porque es verdad que muchas sabemos que estamos heridos, pero pueden pasar años para aceptar y tomar la decisión de trabajar en ello. Acepta que estás herido y que, seguramente, has herido a muchos.

  1. Buscar ayuda

Trabajar en las heridas es un proceso que no podemos hacerlo solos, sino que necesitamos pedir ayuda. No permitas que el dolor, miedo o vergüenza te paralice y busca ayuda. Este punto es muy difícil, porque a veces no queremos mostrarles a otros que estamos mal, nos ponemos máscaras y fingimos estar bien, lucha contra esos pensamientos, no hay nada más valiente que hacerse cargo de las propias sombras. Este es el momento de regresar a Dios. Si has estado alejado de Él, te aseguro que ya te está esperando para amarte y sanarte.

Y, bueno, todo proceso de sanación pasa, dependiendo de cada situación, con ayuda psicológica y espiritual. No temas ir a terapia o buscar algún guía espiritual que pueda orientarte. ¡Déjate amar, déjate ayudar, lo necesitas!

  1. Perdonarte y perdonar

Perdona de todo corazón a las personas que de alguna forma te causaron dolor, una herida, una traición. ¿Cómo hacer para perdonar verdaderamente? «Sean misericordiosos como es misericordioso el Padre de ustedes» Lc 6, 36. La respuesta del perdón no está en nosotros, pues es propio de nuestra humanidad no poder perdonarlo todo, ¿Entonces? Solo en Dios podemos encontrarnos con la misericordia de un Padre que nos ama sin medida. Esto me recuerda una película que se llama ”La Cabaña”; en una escena, el protagonista Mack le pide a Dios que castigue a quien lo hirió y Dios le responde:

 “Lo sé, pero él también es mi hijo y quiero redimirlo”. 

 “El perdón no genera una relación. Simplemente, es soltar el cuello del otro. Mack, el dolor te consume por dentro, te roba la alegría y paraliza tu capacidad de amar”.

Tengamos siempre presente que el perdón nos libera y nos permite continuar; tiene grandes beneficios sobre todo para quien lo otorga.

  1. Ser valiente y persistente 

DISCLAIMER: Este proceso es para valientes y TÚ lo eres.

Este proceso no será fácil: Habrá caídas o momentos que volvamos a las mismas actitudes o acciones que nos lastiman y lastiman a otros. SÉ COMPASIVO contigo también, date el permiso de equivocarte, pero sobre todo de levantarte y seguir. Hay heridas que nos tomarán más tiempo sanar y son aquellas que serán instrumento para ayudar a otros y ser testimonio.

Finalmente, les quiero compartir otro pequeño extracto de esta gran película:

– Mack: ¿Por qué me trajiste de vuelta aquí?

– Dios: Porque aquí fue donde te estancaste.

Dios siempre nos recordará y llevará aquellos lugares o situaciones donde nos estancamos, a nuestra infancia, adolescencia o alguna situación en particular en nuestra vida adulta, pero con un único objetivo: SANAR y AMARNOS. Recuerda que no importa lo que hayas pasado, quién te ha herido o, incluso, a quién has herido: DIOS TE AMA Y PERDONA, y Él siempre ha estado contigo.

«Y he aquí que Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.» Mateo 28, 20

-Andrea Lopez

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5 comentarios en “5 pasos para reconocer y sanar tus heridas”

  1. Excelente contenido, gracias por brindarnos un horizonte para poder ir hacia el camino del perdón.
    Muy buen artículo de la psicóloga Andrea López.

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