
¿Castidad en el matrimonio? ¡¿qué?! Sí amigos, leyeron bien. Hoy hablaremos de la castidad en el matrimonio, pero antes de que piensen que es una locura el título de este artículo, dejénnos contarles que esta virtud no solo debe vivirse en nuestro tiempo de soltería y/o noviazgo sino también en nuestra vida conyugal. ¡Empecemos!
Primero, debemos comprender la castidad como aquella virtud que toma todos nuestros deseos sexuales y los ordena conforme a la Voluntad de Dios, de este modo, cada una de las parejas que decidimos unirnos en el sacramento del matrimonio estamos llamados a vivir esta maravillosa virtud en nuestra vida conyugal. Así que más que una locura, es realmente necesario.
En este artículo les compartimos 3 claves para entender de una mejor manera la castidad en el matrimonio.
- Entrenamiento previo.
La castidad es una virtud que sin duda alguna es una tarea difícil, necesita fortaleza, disciplina y dominio de sí mismo, es por esto que al ser la castidad una aventura, debemos entrenarnos. Mirémoslo de esta manera, si imaginamos que somos atletas y deseamos competir en una de las carreras más importantes del mundo, sí. o si, es necesario que entrenemos duro para llegar en las mejores condiciones, por esto nos preparamos con mucho tiempo de antelación al gran día, y tengamos por seguro que con mucho esfuerzo, podremos alcanzar esa meta por la cual tanto nos hemos esforzado.
Desde nuestra experiencia, vivir esta virtud desde nuestro noviazgo nos ha permitido que sea más sencilla la vivencia de la castidad conyugal, nos entrenamos durante 7 años y logramos desarrollar cualidades que nos permiten hoy día mantenernos en forma para seguir corriendo en esta gran carrera. Sin embargo, si no has vivido esta virtud, ¡nunca es tarde para empezar! El Señor nos llena de sus gracias para poder vivirla desde el momento que le decimos: sí.
- La castidad conyugal no te limita, te enriquece.
Muchas parejas jóvenes piensan que al casarse obtienen un “pase libre” de vivir el acto conyugal de la manera que ellos desean sin importar el momento, la forma y el lugar, pero la realidad es que en el matrimonio se presentan múltiples situaciones que no permiten que esto sea así, por ejemplo, una enfermedad, la convivencia con los hijos, el estrés, el trabajo y entre muchas otras cosas que son normales en nuestro diario vivir.
Ante esta realidad que nos hace esperar por el anhelado encuentro con nuestro cónyuge, tenemos un camino a elegir, el primero, frustrarnos por no poder vivir el acto sexual con nuestra pareja, estar de mal humor, criticarlo o juzgarlo por no poder y tener una actitud negativa. O bien, mirar esta espera como una oportunidad para enriquecernos en otras virtudes que también son fruto de la castidad, como lo son la paciencia, tolerancia, empatía, fidelidad, comunicación y muchas más.
- Castidad desde lo natural.
Sin lugar a dudas algo que nos ayuda a vivir y a entender la castidad en el matrimonio es la vivencia de nuestra sexualidad desde un plano natural y conforme a la voluntad del Señor. Muchas parejas creen que los métodos naturales no sirven, que son muy riesgosos o simplemente no saben ni quieren aprender a utilizarlos porque piensan que lo artificial es más sencillo y más útil, sin embargo, la Iglesia nos invita a reconocer que los mètodos de planificación artificial no aportan ni ayudan a la comunión entre esposos, ya que en el matrimonio existen dos planos, el unitivo y el procreativo, y dichos métodos cortan siempre con uno de estos. Es por esto que la Iglesia sugiere que aprendamos a planificar de manera natural, como Dios manda, entendiendo nuestros cuerpos y el de nuestro cónyuge, y viviendo juntos una verdadera castidad conyugal.
En nuestra experiencia, hemos aprendido a utilizar el método de planificación natural Billings, que busca reconocer los días fértiles de la mujer, ya sea para buscar el embarazo o bien para espaciarlo. Este método nos ha permitido vivir la castidad conyugal y fortalecer nuestro amor, comunicación y nuestra relación en general. Nos ha enseñado a ser pacientes en los días de espera y recibir con más anhelo nuestros encuentros conyugales, viviendo así lo ordinario de manera extraordinaria. Les recomendamos leer la encíclica “Humanae Vitae” del papa San Pablo VI que nos ayuda a entender de una mejor manera por qué los métodos naturales son y serán siempre la mejor opción para la planificación familiar.
Finalmente, los invitamos a formarnos cada día en la virtud de la castidad conyugal para que dejemos de lado los tabúes y mitos que no nos dejan reconocer esta maravillosa virtud. No olviden que San José y María Santísima son nuestro modelo a seguir, podemos aprender mucho de ellos y buscar siempre su santa intercesión para que nos asistan en nuestro camino al Cielo.
¡Esperamos les sea de mucha ayuda!
Familia Fernandez Chacon, El Taller de San José.
Billing, ese método me gustaría que me expliquen con palabras que entendamos todos, nada técnico y si lo hacen, pues explicar lo explicado
Gran artículo, gracias por sus consejos. Dios les bendiga