
“Dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Esta frase tan conocida nos habla de que muchas veces hay una presunción, le habrá pasado a más de uno por aquí el haberse presentado ante sus amigos o círculo social como si todo en ti y a tu alrededor fuera perfecto, como si estuvieses encantado contigo mismo; y, puede que sí estés muy orgulloso de la persona en la que te estás convirtiendo y las cosas que has logrado, pero si vamos a ser sinceros hay momentos en los que has alardeado de una falsa autoestima, aparentando lo que no eres y es aquí donde entra esta frase que demuestra que la presunción esconde la desesperación.
¿Qué ha generado esta desesperación? Pueden haber sido muchos factores, pero sin duda, el que más se ve en nuestra generación, es una profunda herida generada por el consumismo y es que somos hijos de una generación consumista. El mundo con el boom de las redes sociales, sumado a todo lo que oímos y vemos en series, videos, podcast y otros, nos ha generado necesidades artificiales, tales como: que ropa debo de usar, que celular o tecnología debo tener, y un largo etc. Estas “necesidades” nos van configurando de tal manera que nuestra mente solo hace caso a nuestros caprichos y no somos capaces de negarnos a uno mismo. Somos vulnerables y débiles en el sentido de que nuestra autoestima está fundada en nuestros planes inmediatos, si ellos no salen como pensábamos nos llevamos una tremenda frustración.
En medio de esta cultura globalizada configurada por el bienestar y la inmediatez ¿Cómo construir una autoestima sólida siendo joven?
Primero debemos tener los conceptos claros, para ello te invito a revisar el siguiente artículo: https://losquelidos.com/como-saber-si-tengo-buena-autoestima/ donde encontrarás el concepto de la autoestima y el diálogo interno.
Volviendo a la pregunta, no quisiera que la respuesta sea como muchos libros de autoayuda o que este artículo sea como otros que hay en internet que está plagado de claves sobre cómo amarte a ti mismo y mejorar la autoestima; y que muchas veces están basados en un amor desordenado hacia uno mismo. Lo que sí quiero darte, es una nueva perspectiva de tener un sano amor propio, de saber dónde fundar tu autoestima y hacerla más sólida.
El punto de partida será conocerme a mí mismo, saber cuáles son mis virtudes y defectos ¿De qué pie cojeo? ¿En qué soy bueno? ¿Qué tengo que mejorar? ¿Cómo me perciben las personas? Si eres una persona creyente, el camino del autoconocimiento será mediante el conocimiento de Dios que te ha creado a imagen y semejanza, y que te ama desde siempre.
En segundo punto es salir de uno mismo. Se dice mucho que debemos valorarnos y aceptarnos tal y como somos, lo cual es correcto, pero aquí te doy un motivo importante para no quedarte en ti mismo y se basa en nuestra propia esencia. Sabemos que el ser humano es un ser sociable por naturaleza, pero si solo nos quedamos en auto conocernos y auto valorarnos nos estamos quedando en nuestra propia burbuja, la cual solo nos llevará a la frustración porque como naturalmente hemos nacido para entregarnos al prójimo, al estar ensimismados en uno mismo estaremos yendo en contra de nuestra vocación, por ende, en contra de nuestra propia naturaleza.
Muchas veces me ha pasado que he sentido que todo me afecta, que hasta la más simple crítica me genera un bajón. Y es que lo opuesto de auto-estimarse, es despreciarse. Que todo te afecte puede ser resultado de que, como dije líneas arriba, estás demasiado ensimismado. Estás viviendo dentro de ti mismo y no en la realidad. El 90% de las cosas que nos afectan son la vida sucediendo: qué si hace calor o frío, que estoy cansada o tengo hambre, que me contestó o me miró mal, que los planes no salieron como yo quería. Tienes que salir de ti mismo y decidir estar afuera, y afuera solo hay una opción: Servir.
Servir y entregarse, ser útil, hacer el bien y aliviar la carga de mi prójimo es el tercer punto. No hemos nacido para nosotros mismos, todo está al servicio de algo más. Esto lo podemos ver hasta en la naturaleza, desde un atardecer que es incapaz de ver su propia belleza, hasta el agua que ella misma no se sacia.
Si esto lo vemos en la naturaleza, nosotros como creaturas funcionamos igual. Sal de ti mismo, dona tu tiempo, tus habilidades e incluso tu dinero. Cuánto bien puede recibir un joven como tú en la experiencia de olvidarse de su mundo artificial y bienestar y decir hacer el bien al prójimo, ya sea en casa, en la universidad, en el trabajo o hasta porque no en un voluntariado.
Amar verdaderamente y servir al prójimo refuerza la autoestima porque amándolo nos estamos amando primero a nosotros mismos. Porque cuando el hombre ama es cuando realiza la vocación para la que ha sido creado, alcanza su plenitud y se descubre a sí mismo.
¡Ánimo! El mundo necesita jóvenes audaces, ¡Eres valioso, tienes cualidades y talentos! Ámate, trabaja por ser la mejor versión de ti mismo, pero con el firme convencimiento de salir y entregarte al mundo, esta será la única y verdadera autorrealización: Servir por amor.
Ana Claudia 😊