¿Cómo ser un hombre Determinado, Valiente y Feliz? PT2

En la Parte 1 descubrimos cómo ser un hombre Determinado y Valiente

Ahora veremos… 

Cómo ser un hombre Feliz

Felicidad. Durante miles o cientos de años ha sido, y seguirá siendo, causa de muchísimo debate y reflexión. Con toda seguridad, la cuestión más importante de la existencia humana: qué es la felicidad y cómo alcanzarla.

Santo Tomás de Aquino dividió a la felicidad en dos: Eterna y Terrenal. 

La felicidad Eterna es la más completa y plena, pero solo será alcanzada en el Paraíso con el alma en presencia de Dios. 

La felicidad Terrenal, si bien nunca llegará al nivel de la Eterna, puede experimentarse a niveles altísimos en la Tierra.

¿Cómo alcanzamos esa felicidad Terrenal?

Placer y Felicidad

Entendamos lo siguiente: Placer no es Felicidad. Si lo fuera, los poderosos/famosos, los millonarios y mujeriegos serían los más felices del mundo. NO ES ASÍ.

Casi diariamente nos enteramos de un nuevo divorcio en Hollywood, de un artista muriendo de sobredosis, teniendo crisis de identidad o suicidándose. De un político encarcelado, perseguido, o un dictador asesinado.

Es abismal la cantidad de millonarios que dicen «Si algo pudiera cambiar, sería haberle dedicado más tiempo a mi familia en lugar de haber estado tan enfocado en hacer dinero»,  «cambiaría todos mis millones por haber pasado más tiempo con mis hijos», «ya tenía lo suficiente, pero por querer más y más, perdí a mi esposa y casi no tengo memoria de la infancia o adolescencia de mis hijos». Lo escucho de sus propias bocas una y otra vez en podcast, testimonios, libros, etc.  

¡Y qué decir de los lujuriosos! Es triste ver el vacío que buscan llenar inútilmente con placer; mas lo único que este hace es desensibilizarlos y dejarlos más huecos que antes. Tras eso no se detienen, sino que se empeñan en buscar alguien más, probar algo más, queriendo llenar ese vacío inútilmente. Recuerda lo que Jesucristo le dijo a la Samaritana que había tenido 5 maridos y con el que estaba ni siquiera era su marido:

«Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás». Juan 4, 13-14a

Aquellas son las 3 peores, y erradas, fuentes de «felicidad». Es, además, la trifecta que usa Satanás para tentarnos: Poder/Fama, Dinero y Placer. Esas tres ofrecen inútilmente satisfacer nuestras necesidades de aceptación, seguridad, identidad y propósito.

Decía Jim Carrey: «Espero que todos puedan volverse ricos y famosos y tener todo lo que siempre soñaron, para descubrir que esa no es la respuesta».

El Dr. Robert Lustig, reconocido endocrinólogo y autor de multitud de libros, usa siete definiciones contrapuestas para diferenciar Placer y Felicidad:

  1. El Placer es pasajero. La Felicidad es permanente.
  2. El Placer es visceral. La Felicidad es etérea.
  3. El Placer es tomar. La Felicidad es dar.
  4. El Placer se puede obtener con sustancias. La Felicidad no se puede obtener con sustancias.
  5. El Placer se experimenta solo. La Felicidad se experimenta en grupos sociales.
  6. Los Placeres extremos llevan a la adicción (de sustancias o comportamientos). No existe el ser adicto a mucha Felicidad.
  7. El Placer es dopamina. La Felicidad es serotonina. 

De lo anterior, es importante saber que la dopamina disminuye los niveles de serotonina; y, que de todos los puntos expuestos, solo el tercero nos revela qué acción nos obtiene felicidad.

Felicidad es Dar

¿Dar? ¿Dar qué?

Dar tu tiempo, esfuerzo, hacer sacrificios, acciones que normalmente no harías, para beneficio de otras personas, de tu prójimo.

En un estudio a más de 27,000 personas en Estados Unidos se buscó descubrir quienes eran los trabajadores más felices, las dos ocupaciones con mayor puntaje fueron: 1º Clérigos (sacerdotes, monjas y monjes) y 2º Bomberos. Para ambos, la vida gira en torno al servicio.

Eso no quiere decir que desde tu profesión no puedas ser feliz. No. Sucede que por la naturaleza servicial de estas profesiones, le resulta más fácil al que las ejerce encontrar qué y por qué dar.

Tres lugares para empezar a Dar

1º En toda profesión se puede encontrar un sentido de servicio. Siempre tienes algo, alguien o un porqué dar. ¡Tienes que encontrarlo! ¡Encuentra maneras de servir a tu prójimo en tu trabajo!

¡Y dicho trabajo tiene que ser ético! Si donde estás te ves obligado a mentir, robar, estafar u otras cosas ilícitas/moralmente reprobables; es decisión de valerosos, de verdaderos hombres de bien, salir de ahí. 

Dios bendice al justo. Mientras tu conciencia te acuse constantemente, no podrás vivir en paz y, lógicamente, se te hará difícil, por no decir imposible, ser feliz.

«Más vale lo poco de un justo que lo mucho de innumerables malvados; porque el brazo de los impíos será quebrado, pero el Señor sostendrá a los justos». Salmo 37, 16-17

«He sido joven y ahora soy viejo, pero nunca he visto justos en la miseria, ni que sus hijos mendiguen pan». Salmo 37, 5

2º Practica la caridad con los pobres y necesitados.

En un artículo pasado mencioné al Dr. Enrique Cueva (en específico uno de sus consejos para la crianza de los hijos). Bueno, este consejo también viene de él: 

—(…) Otra recomendación para mantener un matrimonio fuerte es que practiquen juntos la caridad con los más necesitados. Hazlo una regla contigo y luego con tu futura esposa, transmíteselo a tus hijos; compartan lo que ganan, nunca falten en ayudar a los que menos tienen. 

Una vez le pregunté a mi madre, que es psicóloga: 

—¿Qué le puedo recomendar a alguien que sufre depresión?

—Que vaya a hacer ayuda social —respondió casi instantáneamente.

Comprendí la razón de lo que me decía, y luego ella me lo confirmó. Salir de ti para darte a los demás y además hacerlo para alguien que en verdad lo necesita te hace cambiar de perspectiva. De pronto tus problemas no son tan grandes como los de aquel que ruega y necesita tu ayuda, de pronto ves con tus propios ojos la realidad de otros que nacieron o tienen menos que tú, alguien que daría lo que sea por vivir tu vida. 

Cambia la perspectiva del deprimido respecto a la magnitud de sus problemas, empieza a ser agradecido por lo que tiene y encima, a experimentar, al comienzo de a pocos, lo que es la felicidad (es dar, es serotonina, no se experimenta con sustancias, se experimenta en grupos sociales).

3º Tu familia

«Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella. Y después de bañarla en el agua y la Palabra para purificarla, la hizo santa, pues quería darse a sí mismo una Iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni nada parecido, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus esposas como aman a sus propios cuerpos: amar a la esposa, es amarse a sí mismo. Y nadie aborrece su cuerpo; al contrario, lo alimenta y lo cuida. Y eso es justamente lo que Cristo hace por la Iglesia». Efesios 5, 25-29

No podría haber escritura más clara. Ama a tu esposa, ama a tu familia como Cristo amó a su Iglesia. Hasta el punto de dar su propia vida, de pasar por el mayor de los suplicios, todo por ella. A ese punto debemos, varones, amar a nuestras esposas. 

Si aún no estás casado, estás a tiempo de entrenarte para lo que va a venir. Practica el morir a ti mismo en casa, con tus padres, tus hermanos, busca hacerles la vida más fácil desde ahora. Lucha contra lo que quieres en favor de lo que ellos quieren. Pon sus necesidades por encima de las tuyas tanto como puedas.

Dios te dio autoridad como varón, la responsabilidad de liderar una familia. Pero OJO es y SIEMPRE debe ser un liderazgo como el de Cristo. Si no es como el de Cristo y te dejas llevar por tu propio interés, placer y beneficio egoísta, no eres más que un déspota que no merece respeto. Ama como Cristo amó a su Iglesia, como Cristo, cabeza de la Iglesia enseñó a amar: siendo maestro, le lavó los pies a sus discípulos; siendo inocente, se sacrificó de la forma más atroz. 

Da tu vida por tu familia, pon sus necesidades por encima de las tuyas. Ellos te necesitan, necesitan un liderazgo como el de Cristo, un liderazgo servicial enfocado al amor.

Dar es tener caridad por el otro; y caridad es, cristianamente, sinónimo de amor.

Eternidad y Amor infinito

¿Por qué buscas ser feliz? Un sacerdote —que dejó su profesión de médico, la cual no lo llenaba— me lo respondió así en una homilía:

«Analiza las razones por las que quieres ser feliz “¿por qué?, ¿por qué?, ¿pero por qué?”, ve a lo más profundo de tu corazón. Llegarás a esto: tu alma humana busca Eternidad y Amor infinito. ¿Dónde se consigue? El único que te lo puede dar es Dios».

Michael Jackson por más que se dedicó a su público, por más que llevó su trabajo al nivel más alto, por más que era una persona sencilla y altruista… no fue feliz. Robin Williams, Goethe, Van Gogh, Kurt Cobain son solo algunos ejemplos de que alcanzar el éxito en tu pasión y trabajo, incluso uno tan altruista y bello como el arte, no es suficiente. 

En la década de los 60, en pleno apogeo de Occidente, una protesta en universidades parisinas fue televisada mundialmente, en uno de los letreros se leía «LO TENEMOS TODO… Y ESTAMOS ABURRIDOS».

La ausencia de Dios hace buscar un reemplazo imperfecto a las profundas necesidades de amor, eternidad, aceptación, identidad, seguridad y propósito que solo Dios puede satisfacer en su totalidad. 

Mira el paralelismo con los santos y otros verdaderos hombres de fe, sus vidas manifiestan plenitud, alegría y paz. 

Para concluir, te dejo este escrito del santo Don Bosco:

«Me conocen en todo el mundo como un santo que ha sembrado a manos llenas mucha felicidad. Así, como ha escrito alguno que me conocía muy bien, he hecho de la alegría cristiana el undécimo mandamiento. La experiencia me ha convencido que no es posible un trabajo educativo sin esta maravillosa motivación, este estupendo camino que es la alegría.  

Te estoy hablando de la felicidad verdadera, aquella que nace del corazón de quien se deja guiar por el Señor. La risa estruendosa, el ruido inoportuno son cosas de un momento; la alegría de la cual te hablo viene de dentro, y permanece porque viene de Jesús, cuando es acogido sin reservas. Siempre acostumbraba afirmar “Estén alegres, pero que su alegría esté lejos del pecado”. Y para que mis muchachos estuvieran plenamente convencidos agregaba. “Si quieren que su vida sea alegre y tranquila, deben estar en gracia de Dios, porque el corazón del joven que está en pecado es como el mar en continua agitación”. Les recordaba siempre que la “alegría nace de la paz del corazón”. Insistía: “Yo no quiero otra cosa de los jóvenes sino que sean buenos y que estén siempre alegres”».  

Si quieres ser completa y verdaderamente feliz, entrégale tu vida a Dios. No hay otra respuesta. «Amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo» no es solo para salvarse, es para vivir en plenitud.

Juan Diego Enciso Molina, @juan.diego.enciso

Referencias:

1. Smith, T. W. (2007). Job Satisfaction in the United States. NORC/University of Chicago. https://www.gbdioc.org/images/stories/Vocations/PDFs/Job_Satisfaction_Survey_2007.pdf

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