¿Cuál es mi temperamento? Guía para conocerlo

Muchas veces hemos escuchado frases como “no está en su forma de ser, comportarse de cierta manera”, “deberías saber cuál es su temperamento, para conocerlo mejor”, “conocerte te permitirá saber tus limitaciones, para tratar de encausarlas e intentar superarlas”, “la comunicación no es solo verbal, existen tipos de comunicación que también hacen a la persona y su forma de manifestarse”. 

Ahora bien, ante todo esto, entonces es fundamental preguntarnos ¿para qué es esencial conocernos en profundidad? Y digo para para qué y no por qué, ya que el primero, engloba más esta cuestión; va más allá de algo que se quiera averiguar para un momento particular. Infiere, por tanto, una búsqueda a conciencia de nuestra interioridad. 

El objetivo de este artículo estará orientado a que podamos comprender que somos personas íntegras con diferentes dimensiones, una de ellas, siendo la afectividad. Es decir, somos personas con afectos, donde todo lo que nos rodea, como personas y circunstancias, nos afectan. 

Esto no significa que nos determinan, pero sí en ciertos momentos, pueden llegar a condicionar nuestro comportamiento. Al ser seres con descimiento, intención y libertad estos obstáculos que a veces se nos presentan, pueden superarse siempre y cuando previamente se conozcan. 

Descubrir y reconocer mi temperamento ayudará en el crecimiento de mi persona, aceptándome como soy, conociendo mis debilidades y fortalezas; para poder mejorar, en aquellas que me encuentro un poco más débil. También será una gran herramienta al momento de relacionarme día a día con las personas que me rodean, sea familia, pareja amigos. A continuación aplicamos un poco en el tema: 

¿Qué son los temperamentos?

Havard (2015) indicó: La personalidad humana está compuesta del temperamento y el carácter. El temperamento, es una predisposición natural e innata a reaccionar de una determinada manera. Es un don de la naturaleza y, en último término, de Dios. Podemos ser coléricos o melancólicos, sanguíneos o flemáticos. Nacemos con un temperamento y no podemos cambiarlo: moriremos con las calidades y los defectos de nuestro temperamento. 

Sobre la base del temperamento, forjamos el carácter. El carácter está compuesto por virtudes, y las más importantes son: la prudencia, la fortaleza, el dominio de sí, la justicia, la magnanimidad y la humildad. Las virtudes son hábitos morales, fuerzas espirituales adquiridas y desarrolladas por la práctica. No hemos nacido con nuestro carácter, es algo que construimos nosotros. 

Hasta aquí podemos concluir entonces que, tanto el temperamento como el carácter, forman parte de nuestra persona, de nuestro ser más íntimo. 

Forjando y educando nuestro carácter podremos educar y redirigir nuestras acciones. Es una tarea artesanal, dedicada, que requiere un gran compromiso por nuestra parte, compromiso de asumir la acción de “conocernos”. 

Si solo nos moviéramos por nuestro temperamento y carácter de alguna manera, nos convertiríamos en esclavos de ello, y somos seres libres con voluntad e inteligencia propia. Está en nosotros la posibilidad de mejorar esas debilidades, para convertirlas de alguna manera, en fortalezas. 

En resumen, el temperamento: 

  • Es algo natural, una forma de expresarse e interactuar
  • Es algo con lo que venimos, es algo ya dado
  • Puede moldearse por medio de la inteligencia y la voluntad

Continuemos adentrándonos un poco, en las particularidades propias de cada uno de los temperamentos. 

¿Cuáles son los temperamentos? ¿Qué características resaltan, sobresalen en cada uno?

Son cuatro y son los siguientes: colérico, melancólico, sanguíneo y flemático. Desglosemos entonces, cada uno de ellos, de acuerdo a lo indicado por Havard (2015):

  • Colérico: se distingue por su reactividad inmediata, enérgica y duradera. Es enérgico, está orientado a la acción.
  • Melancólico: se distingue por su reactividad retardada, profunda y duradera. Es profundo, gira en torno a la idea. 
  • Sanguíneo: se distingue por su reactividad inmediata, espontánea y efímera. Es espontáneo, vive de su relación con las personas. 
  • Flemático: se distingue por su reactividad retardada, medida y efímera. Es comedido, busca por encima de todo la paz. 

Veamos ahora un poco en profundidad, cuales pueden llegar a ser las fortalezas y debilidades de cada uno de ellos, recordando que los nombrados son a modo genérico, lo cual no significa que si o si deba ser así, o que ello nos determine. 

  • Colérico
  • Fortalezas:
  • Voluntarioso
  • Independiente
  • Visionario
  • Práctico
  • Productivo
  • Decidido
  • Líder 
  • Debilidades: 
  • Frío, poco emocional 
  • Auto-suficiente
  • Impetuoso
  • Dominante
  • Rencoroso 
  • Sarcástico
  • Irascible
  • Melancólico: 
  • Fortalezas: 
  • Dotado
  • Analítico
  • Estratega
  • Abnegado
  • Trabajador
  • Auto-disciplinado
  • Debilidades:
  • Variable
  • Auto-centrado
  • Vengativo
  • Susceptible
  • Teórico
  • Insociable
  • Crítico
  • Negativo
  • Sanguíneo: 
  • Fortalezas: 
  • Expresivo
  • Atento
  • Cálido y amistoso
  • Hablador
  • Entusiasta
  • Compasivo 
  • Debilidades: 
  • Indisciplinado
  • Inestable
  • Improductivo
  • Egocéntrico
  • Exagerado 
  • Flemático: 
  • Fortalezas: 
  • Tranquilo
  • Confiable
  • Objetivo
  • Diplomático
  • Eficaz-organizado
  • Práctico-Humorista
  • Calmado, plácido
  • Debilidades: 
  • Sin motivación 
  • Moroso 
  • Egoísta
  • Mezquino
  • Auto-protector
  • Indeciso
  • Cobarde
  • Ansioso 

Recordar que conocer mi temperamento, constituye una guía, no es algo que determina a la persona si o si. Deben tenerse en cuenta muchas cuestiones, como puede ser el contexto en el que una persona vive. 

Habiendo hecho esta explicación, se estarán preguntando ¿cómo sé cuál es mi temperamento? Y para ello, se han diseñado muchos modelos de test, cada uno cuenta con sus particularidades, pero en general consta de ciertas preguntas prácticas. 

Todos tenemos un temperamento dominante y otro secundario. Podremos arribar a dicha conclusión, una vez que todos los enunciados del test sean contestados. Aquel que salga en primer lugar o con mayor puntaje, se tomará como el dominante o primario; mientras que el que le sigue, configurará el segundo. A veces entre uno y otro hay poca diferencia, eso es algo normal. Puede ser que seamos sanguíneos y flemáticos siendo entre uno y el otro muy poca la diferencia, son posibles todas las combinaciones. 

Algunas opciones de test:

Para pensar después de haber hecho el test…

¿Qué cosas te gustan de tu temperamento? ¿Qué cuestiones o aspectos te gustaría mejorar? ¿Qué cualidades positivas y negativas puedo resaltar?

  • Euge Gaffet/ @euge.gaffet
Compartir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

artículos relacionados