El templo y sus partes: ¿Qué significa ser templo del Espíritu Santo?


De más chica mi mamá solía decirme a menudo: “Vístete bien, cuida tu cuerpo y lo que te pones, porque es sagrado y es templo del Espíritu Santo”. Probablemente, tú también hayas escuchado estas palabras o algo similar antes de alguna persona mayor, o puede ser, que sea la primera vez que escuchas o lees algo así, en cualquiera de los dos casos estoy segura que no has llegado a comprender del todo lo que quiere decir, al menos eso me pasó a mí, no fue hasta el día en que escribí estas líneas en el que tomé conciencia verdadera sobre este misterio y lo que implica. Soy Ana Claudia y quiero que juntos descubramos qué significa ser templo del Espíritu Santo.

Para entender este tema tenemos que tener dos puntos claves previos en cuenta. El primero es tener la certeza de que Dios promete su presencia en nuestros corazones, en nuestra alma. No lo digo yo, sino Él mismo: “El que me ama, se mantendrá fiel a mis palabras. Mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a él y viviremos en él” Jn 14, 23.

¿Qué quiere decir esto? En palabras sencillas, que cada uno de los bautizados somos lugar donde Jesús habita, tú y yo somos templo vivo en el que Dios constantemente va obrando y guiando, por eso debemos tratarnos a nosotros mismos y al otro con mucho amor y respeto, pues es el mismo Dios quien vive en aquella persona.

El segundo punto que debemos entender es la importancia de la unión de nuestro cuerpo y alma. Quiero que por un momento te pongas a pensar en la muerte, la muerte es el ejemplo más claro de lo que le sucede al cuerpo cuando se le separa el alma, ¿qué ocurre? Un cuerpo sin alma se descompone en poco tiempo, se convierte en polvo y huesos. Eso nos pasaría si no tuviéramos al Espíritu Santo presente en nuestra alma, nos corromperíamos y desfiguraríamos en poco tiempo.

Ahora sí, que juntos hemos comprendido el origen y la importancia del tema, llegó la hora de entrar a la esencia de este artículo: ¿Qué significado tiene para nosotros ser templo del Espíritu Santo? ¿Qué beneficios nos trae recibirlo?

El primer significado es que es sello de la Salvación. El sello es un objeto que se utiliza para señalar algo como auténtico, además es empleado solo por el autor quien al firmar o sellarlo le da validación. Eso mismo es lo que hace Dios al darnos Su Espíritu, nos autentica como hijos legítimos suyos y nos confirma que vino al mundo por amor para salvarnos. El Espíritu Santo es el sello de Dios sobre su pueblo, su derecho sobre nosotros como Su propiedad.

“Nos ha marcado con su sello y nos ha dado su Espíritu como garantía de salvación” 2 Corintios 1, 22.

Esta cita bíblica me lleva al segundo significado que es el de Arras de nuestra herencia, la palabra “arras” viene del latín “arrha” que significa garantía. El arras en la Biblia se refiere a las trece monedas que el esposo le da a su esposa como una muestra de garantía al aceptar el compromiso del matrimonio, el compromiso de amarla, respetarla y cuidarla. Así como en el matrimonio, Dios nos da la garantía y seguridad de que está comprometido con nosotros. Nos asegura nuestra herencia eterna, el encuentro en el cielo con Él en un cuerpo nuevo, no sujeto a las tentaciones, ni los problemas, ni el sufrimiento de este mundo. La vida eterna es el beneficio más grande y hermoso de recibirlo. Sin embargo, no solo queda en una promesa que se cumplirá al final de nuestros días, sino que mediante Su Espíritu que está con y en nosotros nos da un pedazo del cielo en la tierra

Estas dos verdades: el sello de la Salvación y el arras de nuestra herencia, deben motivarnos a vivir una vida fiel a Dios y cambiar drásticamente nuestra actitud hacia nuestro cuerpo, lo que hacemos con él y el trato que le damos es importante. El cristiano debe honrar a Dios en su cuerpo, porque ha sido redimido.

Finalmente, las palabras de mi mamá llegan a tener sentido “Vístete bien, cuida tu cuerpo y lo que te pones, porque es sagrado y es templo del Espíritu Santo”. ¡Y es que claro! ¡¿Cómo no cuidar mi cuerpo si es el mismo Dios quien habita en él?! ¡¿Cómo no cuidar lo que hago o la ropa que le pongo sabiendo quien lo habita y que ha sido salvado?! Creo que es más fácil comprenderlo con este sencillo ejemplo: Cuando tenemos visita en casa limpiamos, arreglamos y ordenamos todo para que esa persona que nos viene a visitar se sienta a gusto, así como hacemos eso para una visita, ¿cómo no cuidar la casa cuando es el Espíritu de Dios quien va a entrar en ella? Te invito a pensar en estos días en ¿cómo está tu casa, tu corazón? ¿Está limpio, ordenado y listo para ser digno de ser habitado por Dios o de repente todavía hay mucho polvo y desorden? Cual sea tu respuesta, no es tarde y podemos mejorar el estado en que nos encontremos, recuerda que lo que hay en nuestro interior se refleja en nuestro exterior, cuida tu cuerpo, cuida tu alma y cuida tu corazón.

Ana Claudia 😊 / @anaclaudialdgb

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