Etapas en una relación: ¿en qué momento estás?

“Quiero volver a sentir las mismas mariposas que sentía al inicio de la relación”, me dijo una persona en una charla que hice hace unas semanas. Muchas personas pueden llegar a considerar que el amor se les ha acabado o que hay algo mal en su relación de pareja, porque no sienten lo mismo que cuando iniciaron su relación, pero la realidad es que estos cambios ¡son completamente normales! y hasta saludables, ya  sabrás por qué al leer este artículo.

Para empezar, hay que comprender que una relación de pareja es construida en el tiempo, el amor necesita madurar, por lo que se hace necesario compartir diálogos y pasar por diferentes momentos que ayuden a crecer la relación. Esos momentos que atravesamos, es lo que algunas veces podemos llamar “fases” o “etapas” de la relación, comprenderán, no es lo mismo cuando tenías tres meses de relación a cuando tenías tres años ¡y son las mismas personas!

Existen muchos autores, principalmente desde la psicología, que se han dedicado a estudiar esas fases, y en sus posturas identifican diferentes nombres y características que le atribuyen a cada una, y sobre esos momentos queremos profundizar a continuación.

¿En qué consiste cada fase o etapa?

  1. Idilio- inicios del enamoramiento:

Esta fase ocurre sobre todo al iniciar una relación de pareja, y puede durar hasta inicios del segundo año de relación. Se caracteriza porque encuentras un profundo deseo por compartir tu vida diaria con esa persona, y esto lleva a que compartan mucho tiempo juntos ya sea de manera presencial o por medio de mensajes o llamadas. De igual manera, en tu rutina piensas constantemente en esa persona, diferentes aspectos a tu alrededor te recuerdan a ella o él y en tus conversaciones con otros, el nombre de esta persona tiende a estar presente. 

Es natural que en este momento haya una liberación neuroquímica en el cerebro, que hace que se altere la percepción del otro y de la realidad, pues en el cerebro se liberan grandes cantidades de dopamina y serotonina, sustancias químicas encargadas de generar bienestar, placer y felicidad a la persona, en consecuencia, todo parece perfecto para ti y no siempre es clara la necesidad de tener límites. Lo anterior tiene varias implicaciones; tal vez esos espacios que tenias exclusivamente para ti o para compartir con otros puedan verse reemplazados por un tiempo con tu pareja, de igual manera puede haber una tendencia a no considerar los aspectos que no te agradan de esta persona, o son poco relevantes para ti en ese momento. 

  1. Vinculación:

Es una etapa de la relación que se vive, en la cual  los esfuerzos se centran más en conocer integralmente a la otra persona, esto implica tanto lo que resalto y me atrae del otro como las características que no me agradan. Lo anterior lleva necesariamente a tener una mirada mucho más real de otro, lo que puede generar conflictos y desacuerdos entre la pareja, y puede surgir experiencias de frustración, ira o tristeza.

Es un momento de la relación que trae crecimiento para la pareja, comprendiendo más a fondo realmente quien es el otro, centrando los esfuerzos personales en tener mayor empatía y aceptación verdadera. Sin embargo, a la misma vez es un momento que puede conducir a fuertes cuestionamientos, como lo es si realmente desea seguir con el otro y esto puede finalizar en la ruptura de la relación sino se logra efectuar ese vínculo con el otro.

  1. Estabilidad:

Producto de las diferentes experiencias que se viven hay emociones, momentos de encuentro y desencuentro que permiten finalmente llegar a esta etapa. Es una fase donde los diferentes autores coinciden que se llega a un amor mucho más maduro. En ese sentido, la pareja reconoce mutuamente que hay aspectos que no le agradan del otro, y asume el reto de construir estrategias que les permita sostener el vínculo construido. Asimismo, la estabilidad se caracteriza por buscar vivir un proyecto de vida en común que responde a los intereses individuales de cada miembro.

¿Por qué es importante vivir cada etapa? 

Los momentos, etapas, fases, en la vida son importantes y lo podemos ver no solo en una relación de pareja, sino en muchas otras esferas de nuestra vida. En relación con este tema, en nuestra cotidianidad podemos identificar frecuentemente dos extremos a los que se llega por  no vivir cada etapa plenamente; por un lado, hay personas que se casan recién se conocen, coincidimos que no existe un tiempo establecido para tomar esta decisión, sin embargo, por lo mencionado anteriormente, casarse estando enamorado seguramente no va permitir que tengas una visión integral del otro y cuando el amor no ha madurado en el tiempo se corre el riesgo de no tomar decisiones considerando la realidad en su totalidad. Y por el otro lado, están las personas que en ocasiones expresan ”yo mejor no me enamoro para no sufrir”, lo que evidencia que hay temores y heridas personales que me hacen optar por negarme al amor, por no querer vivir sus procesos.

Ni un lado, ni el otro, permiten vivir estas fases plenamente.  Es por esto, que la invitación es a vivir cada una con paciencia, dejando que el amor madure y crezca, con el fin de generar una comprensión más plena del otro y de mí mismo. 

En conclusión, como hemos evidenciado, el amor requiere tiempo ¡porque las personas requerimos tiempo! Todas las etapas mencionadas adquieren sentido cuando comprendemos que, en efecto, amar es el esfuerzo continuo de la voluntad por ver al otro en su singularidad y acogerlo plenamente en nuestros corazones para construir una historia donde mutuamente nos digamos “te elijo a ti”. 

  • Isa y Gary @volveraloesencial
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