
La homosexualidad y la Iglesia parecen palabras incompatibles, que no deben ir en una misma oración, es más muchas personas afirman que la Iglesia es la primera en condenar y discriminar la homosexualidad, pero la realidad es otra. Seguramente tú querido lector, conoces en la universidad, en el trabajo o incluso en la misma Iglesia una o más personas que se sienten atraídas por personas del mismo sexo. Como católicos pueden surgirnos muchas preguntas: ¿Qué nos dice la Iglesia sobre nuestros hermanos con tendencia homosexual?, ¿Cuál es el plan de Dios para ellos?, ¿Cómo les acerco a Dios? por ello, hoy quiero compartir con ustedes la postura de la Iglesia sobre la homosexualidad y como los católicos estamos llamados a caminar con ellos.
Es importante comenzar explicando que la Iglesia Católica ha insistido en que no es adecuado reducir todo el ser de la persona a su orientación sexual, por lo tanto, no es correcto hablar del homosexual como si fuera una categoría de la persona en sí misma, sino más bien es preferible decir “persona con tendencia homosexual”, de igual manera la Iglesia ha realizado una distinción entre “tendencia homosexual” y la concreción de los “actos homosexuales”, la tendencia homosexual no se puede considerar una enfermedad, tampoco es una elección que realiza la persona, la homosexualidad se sitúa en la construcción de la personalidad mucho antes del despertar de las elecciones libres y de la responsabilidad personal, por lo tanto, la persona no elige esta condición, se descubre a sí misma como homosexual, pues la tendencia se escapa de todo juicio moral porque carece del elemento más importante para ser imputable: la libertad. Sin embargo, que una persona se descubra a si misma como homosexual, no implica necesariamente que tenga prácticas homosexuales, pues el acto sexual en sí, es lo que se considera intrínsecamente desordenado.
¿Es pecado la homosexualidad?
A muchos les surge esta pregunta ¿La homosexualidad es pecado? y la respuesta se esconde en la distinción antes descrita, sentir atracción por personas del mismo sexo o descubrirte homosexual no es pecado, pero llevar a cabo el acto (relaciones sexuales) sí lo es, así como es pecado que la persona heterosexual tenga relaciones sexuales previas al matrimonio. Entonces se preguntarán, ¿Por qué es pecado?
- Las relaciones homosexuales son contrarias al plan de Dios: Jesús enseñó que “Desde el principio, al crearlos, “Dios los hizo hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su esposa y serán los dos una sola carne”.
- Son contrarias al propósito de la sexualidad, son actos sexuales que no están abiertos a la vida (no son fecundos), tampoco reflejan la complementariedad entre hombre y mujer inherentes al diseño creativo de Dios.
- El placer sexual es moralmente desordenado cuando es buscado por sí mismo separado de las finalidades de procreación y de unión, las relaciones homosexuales bajo ningún criterio cumplen los fines del matrimonio.
¿Cómo están llamados a vivir su sexualidad?
En la actualidad vivimos en una cultura individualista y de relativismo moral, donde se pregona lemas como “Solo se vive una vez” o “Love is love”, donde lo bueno se considera malo y nadar contra corriente resulta una labor casi heroica más aún para quienes se sienten atraídos por personas del mismo sexo ya que resulta una auténtica lucha no obedecer sus deseos de tener una relación de pareja. Se preguntarán ¿Entonces a qué están llamados? ¿Cómo pueden saciar su necesidad de ser amados y amar? pues bien, como en cualquier estado de vida, el hombre y la mujer están llamados a vivir en castidad, a dominar su instinto sexual y orientarlo hacia el verdadero amor e integrarlo en el desarrollo de su persona, una relación de pareja del mismo sexo no puede ser consentida pues es contraria a la voluntad de Dios, la verdadera historia de amor esta en una relación auténtica, cercana y real con Jesús, en la donación completa a su familia y amigos.
¿Cómo podemos acompañar a nuestros hermanos?
Si tienes un amigo, hermano, hijo o conocido que te ha confesado que es “homosexual” lo primero que debes recordar es que esto no es una elección personal, su tendencia homosexual no es pecado, pero pretender iniciar una relación de pareja o el acto sexual si lo es, tu posición no debe ser de juez pero tampoco con la mal llamada “tolerancia” aprobar conductas contrarias a la voluntad de Dios, más bien los católicos estamos llamados a caminar con ellos desde el amor, hacerles sentir que hay una Iglesia que les recibe y acoge con amor, que Jesús les ama tal cual son, que sus heridas no les definen.
Finalmente, como católicos imitadores de Cristo debemos constantemente hacernos la pregunta ¿Qué haría Jesús?, ¿Cómo Jesús trataría a esta persona? Tu misión como amigo y/o familiar es mostrarle una mirada compasiva e integradora, orar por ellos para que puedan llevar una vida sacramental, hacerles sentir amados y acompañados.
Saludos,
Andrea Melissa
Gracias, mil gracia, has podido decir mucho en un solo articulo. Dios te bendiga es un gran contenido para poder crecer en caridad en temas tan relevantes para la. Sociedad actual.
Gracias por tu comentario Jhoanna!
Me gusto tu artículo ….en párrafos pequeños los puntos quedan claros, esto ayudará a muchos. gracias por invitar al amor hacia estos hermanos.
Un abrazo!