Importancia de la espiritualidad y formación en el matrimonio

“La aspiración a la alegría está grabada en lo más íntimo del ser humano. Más allá de las satisfacciones inmediatas y pasajeras, nuestro corazón busca la alegría profunda, plena y perdurable, que pueda dar “sabor” a la existencia. Benedicto XVI

Sin duda, estas palabras están llenas de lo que es la espiritualidad y para completar, diré que la espiritualidad es verdaderamente una manera de vivir, es la suma de valores y virtudes en el diario actuar, es la vida cargada de contenido y sentido que va formando pequeñas líneas, que al final conformarán una gran línea recta que conduce a cielo abierto, es decir a Dios.

La espiritualidad, ayuda a darle sentido a cada momento, es un pilar que le da un por qué y un para qué a cada cosa que se hace, a cada situación que se vive. Y es tan profunda como práctica, no tiene que pensarse que es aburrida o que debe ser vivida solo los domingos en misa, que ese día que voy me convierto en un ser espiritual, no es así y como ya se decía, es una forma de vida que se ejercita para ser vivida todo el tiempo.

Espiritualidad matrimonial

Y entrando en materia de matrimonio, te ha pasado que conoces a matrimonios que tienen muchos años de casados, y es hermoso e intrigante a la vez y te preguntas; ¿Cuál será su secreto? ¿Qué consejo nos darían? Esto se le preguntó a varias parejas y muchas coincidieron y expresaron lo importante que ha sido para ellos apegarse durante todos esos años a sus creencias espirituales, a la espiritualidad conyugal y familiar y esto los mantiene fuertes cada día, en cada etapa de su matrimonio, desde que comenzaron, hasta las décadas de aniversarios que suman, no solo en tiempo, sino en felicidad.

La espiritualidad es lo que les da sentido a nuestras vidas, y por ende al matrimonio, cuando vemos parejas con muchas dificultades o momentos de confusión en su relación, quizá es porque en el fondo lo que falta es esa espiritualidad que le da sentido a cada día, a las alegrías y también a los dolores, sacrificios y diferencias.

Vivimos en un mundo que necesita urgentemente de espiritualidad y que, en el fondo, tiene hambre por lo trascendente.

La espiritualidad entonces es una respuesta y un antídoto a las dificultades de la actualidad.

¡Y la buena noticia! es que la espiritualidad, está al alcance de todos, no está meramente reservada para personas consagras como quizá se pueda llegar a creer. ¡Todos hijos de Dios que queremos conocerle, amarle y ser como Él!

El matrimonio, está llamado a ser una Iglesia doméstica, donde Jesus esté en medio de los esposos.

Por lo anterior un matrimonio que quiere llegar al cielo, tendrá que ejercitarse en cultivar su unión y diálogo con Dios, con esta disposición de escucha activa, que llena de Amor el espíritu, que ensancha nuestra capacidad de amar con ese Amor que viene de Dios, que cubre a la pareja y que se dona también a los demás, un Amor que circula y se traduce en servicio.

Entonces nos vendrá útil preguntarnos constantemente lo siguiente: 

¿Cómo está mi unión personal con Dios?

¿Cómo está nuestra unión con Dios como pareja?

¿Soy José para mi esposa?

¿Soy María para mi esposo?

¿Está la presencia de Jesús en medio nuestro?

 Este diálogo personal, íntimo con Dios, es vivir con Dios siempre.

La presencia del Señor habita en la familia real y concreta, con todos sus sufrimientos, luchas, alegrías e intentos cotidianos. Cuando se vive en familia, allí es difícil fingir y mentir, no podemos mostrar una máscara. Si el amor anima esa autenticidad, el Señor reina allí con su gozo y su paz  (315. Exhortación Apostólica Amoris Laetitia).

Algunas herramientas de utilidad:

Como lo aprendimos ya de un artículo, es importante que la pareja “construya” un plan de vida espiritual juntos, para aprender a caminar de la mano con el Señor, e ir recorriendo el camino del amor al que Dios nos ha llamado, el cual poco a poco se va descubriendo, pero hay que preparar el terreno de nuestro corazón para dejar que Dios nos hable, por eso algo que es súper importante es tener espacios para rezar en pareja, formarse juntos y discernir el camino que Dios los llama a recorrer, ¡con paciencia y perseverancia! Cuánto ayuda en este proceso que la pareja asista a misa juntos, que busquen los sacramentos constantemente y que en casa se respire un ambiente de oración, de comunión con Dios (Del artículo 3 claves para mejorar la vida espiritual en pareja de Isa y Gary)

Y en este camino que estamos llamados a recorrer, existen grandes herramientas para cultivar la espiritualidad, una de ellas es la variedad de comunidades, grupos, asociaciones, iniciativas y movimientos comprometidos por la Familia. Donde se aprenden recursos que ayudan a llenar de contenido y sentido, la vida matrimonial, a la luz del plan de Dios. Son muchos y todos importantísimos, porque son carismas inspirados por Dios.

Por ello invito, a los novios próximos a casarse, recién casados y matrimonios en general, a que busquen y se unan a estos espacios de formación y espiritualidad compartida. A veces en la vida matrimonial, surgen muchas inquietudes, ganas de aprender más de uno mismo y de la pareja, y justamente estos espacios son de gran luz para cada etapa del  matrimonio. ¡Vayan, no se arrepentirán!

Concluyo con estas palabras que dijo el Papa:

“Querer formar una familia es animarse a ser parte del sueño de Dios, es animarse a soñar con Él, es animarse a construir con Él, es animarse a jugarse con Él esta historia de constituir un mundo donde nadie se sienta solo. Pensar en un proyecto para toda la vida, es comprometerse a ser células vivas de una sola sociedad ¿Nos comprometemos?” Discurso del papa a las Familias en Filadelfia (26 septiembre 2015).

Ana Yansy Soto

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