
Uno de los temas que más resuenan en la relación de pareja, y una de las preguntas que más tienen los novios próximos a casarse es el de la rutina, ya que esta se presenta en muchos casos con temor, con preguntas como las siguientes:
¿Qué pasa si a mi relación llega la rutina?, ¿Qué hacer para no caer en la rutina?, o ¿cómo salvar mi relación de la rutina?, percibiendo la rutina como un enemigo.
Pero, ¿realmente es tan mala la rutina?
Comúnmente se tiene una idea general de lo que es la rutina, por ejemplo, la que hacemos en el ejercicio, en el trabajo, la de los oficios y limpieza de nuestros hogares, todo, inclusive nuestro cuerpo se mueve a través de rutinas. Cuando respiramos, por ejemplo, estamos haciendo una rutina, solo que esta puede ser cambiada, de este modo podríamos en dado caso respirar con mayor lentitud, por ejemplo, haciéndolo con una conciencia distinta.
Ahora bien, cuando la rutina de cualquier índole empieza a afectar negativamente nuestra vida a nivel emocional, entonces ahí sí la persona necesitará introducir cambios para hacer de lo cotidiano más creativo y también para que aquello no le afecte negativamente.
Rutina sana
Hablando de la relación de pareja, es cierto que la rutina normalmente está presente, varios días suelen ser muy similares entre sí, con actividades y roles establecidos: uno o ambos trabajan, se tienen horarios determinados y ¡qué bueno!, porque una rutina moldea, da orden y de hecho, un enfoque de resiliencia familiar plantea que existen factores protectores que actúan como un “escudo” sobre el funcionamiento familiar para mantenerlo saludable, y uno de esos factores es la rutina.
La encíclica Amoris Laetitia en el punto 226, menciona lo siguiente: “a los matrimonios jóvenes hay que estimularlos a crear una rutina propia, que brinda una sana sensación de estabilidad y de seguridad, y que se construye con una serie de rituales cotidianos compartidos. Es bueno darse siempre un beso por la mañana, bendecirse todas las noches, esperar al otro y recibirlo cuando llega, tener alguna salida juntos, compartir tareas domésticas. No perder la capacidad de celebrar en familia, de alegrarse y de festejar las experiencias lindas. Necesitan sorprenderse y alimentar juntos el entusiasmo por vivir. Cuando se sabe celebrar, esta capacidad renueva la energía del amor, lo libera de la monotonía, y llena de color y de esperanza la rutina diaria.”
Rutina insana
Por el contrario, la rutina insana en una pareja es aquella que se vuelve monotonía, un actuar sin dinamismo, con aburrimiento, automático, sin detalles o palabras de afecto, mejor dicho, se pierden las ganas de seguir conquistando constantemente al otro.
Sobre este aspecto, una red flag para la relación es querer medir la realidad solo por lo sensorial, es decir por las emociones, actuando por mera motivación más que con un verdadero sentido y eludiendo el sacrificio, buscando solo estar cómodo. Esto hace que se dé por sentado a la pareja, se confíe en que siempre estará ahí para mí y dejando a un lado la creatividad para amar.
Teniendo presente lo anterior, te invito a reflexionar sobre lo dicho y a vivir las siguientes acciones que suman a una sana rutina:
- Preguntar y escuchar constantemente las necesidades de tu pareja.
- Crecer en el conocimiento de la vida interior de tu pareja, siempre hay algo por conocer.
- Construir su proyecto de vida, sus siguientes pasos y metas en conjunto, aquello que les emociona a ambos.
- Agradecer lo ordinario y sorprender en lo extraordinario.
- Cultivar el cariño y la admiración por tu pareja y expresarlo.
- Ser creativos en los detalles.
Retomando de nuevo Amoris Laetitia, el punto 224 nos recuerda que este camino es una cuestión de tiempo. El amor necesita tiempo disponible y gratuito, que coloque otras cosas en un segundo lugar. Hace falta tiempo para dialogar, para abrazarse sin prisa, para compartir proyectos, para escucharse, para mirarse, para valorarse, para fortalecer la relación. A veces, el problema es el ritmo frenético de la sociedad, o los tiempos que imponen los compromisos laborales. Otras veces, el problema es que el tiempo que se pasa juntos no tiene calidad. Sólo compartimos un espacio físico pero sin prestarnos atención el uno al otro, sin ser conscientes del regalo que el otro es para uno.
Ahora quiero compartir contigo este acróstico que aprendí de una pareja de esposos y que resume el punto anterior.
La manera para no vivir en la monotonía y aburrimiento es tener CITAS, ¡recuerda esta palabra!
C: omunicación, decir lo que sientes a tu pareja, pero recuerda el tono y el modo de cómo lo expresas.
I: nterés sobre las cosas de tu pareja, aunque sean diferentes, generando empatía.
T: iempo en cantidad y en calidad, buscar espacios para reconectar, tener día de cita, no tiene que ser nada elaborado, recuerda involucrar también la diversión.
A: ctitud, tener una mejor actitud para la pareja, sé el primero en dar este paso.
S: oñar y tener proyectos juntos, va desde un paseo juntos, un viaje, los hijos, un curso, recordando su motivación trascendental, es decir el objetivo que se tiene como pareja.
Es necesario tener siempre presente que el amor exige una constante renovación, mantener encendida la llama del amor, confiada a cada pareja. Los esposos son protagonistas, dueños de su historia y creadores de un proyecto que hay que llevar adelante juntos en unidad. Es necesario seguir construyendo el amor, la relación que ambos quieren.
Cierro con una frase de Chiara Lubich fundadora de los Focolares, que impulsa y recuerda que “Nada es pequeño si está hecho con amor”. Pidamos a Dios poder dar muchas pequeñas grandes muestras de este don en nuestra relación y en el diario vivir.
- Ana Yansy Soto
Excelente artículo, gracias por compartir a nosotros matrimonios jóvenes, Dios los bendiga!
A ti también Laura!
Excelente, muy sencillo, claro y alcance de todos, para mantenerse en una rutina saludable.
Gracias Massiel!
Excelente artículo, es una gran ayuda para los matrimonios jóvenes y para los que ya llevan su tiempo. Artículos de esta clase son los que se deben publicar en los grandes diarios del mundo. Felicitaciones.
Gracias por tu comentario Javier!
Espectacular artículo. Me encantó la última parte de las CITAS y de que “Nada es pequeño si está hecho con amor”
Qué bueno que te gustó! es cierto, lo pequeño, si está hecho con amor, se vuelve grande!