
Como parte del pensamiento postmoderno, hay una tendencia la cual dice que para poder ser una mujer exitosa es necesario posponer la maternidad o si alguien quiere ser madre, está condenada al fracaso en todos los demás ámbitos de su vida. Por otro lado, continúa y se intensifica el pensamiento de la madre omnipotente, en la que se recargan algunos de los males y bienes de la sociedad, siendo,casi, la única influyente en la educación, crianza, nutrición, formación moral, formación afectiva de los hijos, por nombrar algunos.
La teórica Molina (2006) brinda una solución muy interesante a este binomio y que responde a muchas necesidades de la actual realidad en la que hay tantos replanteamientos conceptuales:
“La respuesta posible a este conflicto es una nueva maternidad que surge de la necesidad de resolver la paradoja “o madre o mujer”, por nuevas alternativas que hagan posible “tanto madre como mujer”. Estas alternativas pueden surgir de la re-definición de algunos rasgos y funciones que son vistos como atributos individuales de las madres hacia el espacio relacional, como tarea compartida, que en el ámbito privado es complementada por la acción del padre y en el ámbito público, por las instituciones educativas, sociales y de salud”
Y complementando con la psiquiatra que tanto admiro: Marian Rojas (2021): “Es de suma importancia que cualquier niña, en su infancia y adolescencia, viva en un entorno en donde su madre se sienta como una persona satisfecha con el hecho de ser madre y esté agusto consigo misma, desde su autoestima; porque si esa niña percibe la relación de su padre con su madre como algo especial, donde él la valora desde la fase erótica y también desde la fase maternal, el desarrollo emocional de esa niña y de cualquier niño, tendrá un fundamento sólido. Claro que lo mencionado anteriormente son las bases, estos son procesos complejos, hay personas que tras un fracaso amoroso han vuelto a hacer sus vidas y la estabilidad de la nueva relación aporta a los hijos el equilibrio emocional que necesitan.”
Ambas autoras hablan sobre una madre que está respaldada por alguien que realmente se involucra, una mujer con una pareja corresponable ¿Qué quiere decir esto?
En el ámbito de las relaciones hay un término nombrado como corresponsabilidad en pareja: significa que los hijos son responsabilidad de ambos, no solamente de uno y el otro “ayuda en lo que pueda”; lo mismo pasa con la casa, porque todos viven en ella. Y para nada tiene que ver con los roles de cada quién, o sea, esto no le quita las características masculinas al hombre.
Lo voy a poner aún más claro:
El padre no va a ser menos padre o menos masculino si lava los trastes, cambia pañales, etc. ni significa que esta haciendo algo extraordinario y la madre no va a dejar de ser buena madre si deja a sus hijos con papá para ir a un café con sus amigas o tomarse un momento para ella.
Lo que sí da el verdadero soporte exclusivo y natural de cada uno es, por dar un ejemplo de las tantas complejas exclusividades que aporta cada uno: el toque de la escucha y comprensión maternal, que no puede ser reemplazado con nada, o la sensación de protección y complicidad de papá.
¿Por qué es tan importante y urgente que se implemente la corresponsabilidad en la sociedad?
Simplemente veamos algunas cifras según la CNDH (Comisión Nacional de los Derechos Humanos, de México):
En México, las mujeres destinan 50.4 horas semanales al trabajo no remunerado de los hogares, mientras que los hombres le dedican 19.6. Esto sucede porque a pesar de que cada día las mujeres se adentran al mercado laboral, los hombres no se corresponsabilizan en la misma medida. Esto tiene como consecuencia que las mujeres realicen dobles o triples jornadas de trabajo, afectando su salud física, mental y el pleno ejercicio de sus derechos.
Y como consecuencia para los hombres de esta falta de involucramiento es que se limita su autonomía, la expresión de emociones, el ejercicio de su paternidad y valida actitudes discriminatorias y violentas. Entonces, no es coincidencia que muchas mujeres piensen tanto en tener hijos, hay que lograr como sociedad que la maternidad sea cada vez más amable y no como un pesar, y que no se polarice la madre y la mujer.
Algunos hombres ya están rompiendo con este patrón, aunque sigue la idea de que es porque están ayudando, pero no es así, las tareas de casa y la responsabilidad de la familia es trabajo de todas y todos.
Como hombre ¿cómo puedes avanzar en la corresponsabilidad?
- Busca modelos de masculinidad y paternidad que te parezcan admirables de seguir.
- Hazte cargo de ti mismo, sin esperar que una mujer lo haga. Si aún no vives con tu pareja, no esperes a que tu mamá o hermanas hagan las cosas por ti.
- Conversa con tu pareja y familia y repartan las labores de casa equilibradamente.
- Cuida a quienes lo necesitan.
- Expresa tus sentimientos y deseos, y si te cuesta trabajo, busca ayuda, pues es peor cuando te los guardas y los expresas después de diferentes maneras que no ayudan a nadie.
- Genera espacios de convivencia de calidad con tu pareja e hijos.
- Aboga por hacer presión para generar cada vez más políticas públicas a favor del ejercicio de la paternidad (por ejemplo: que ambos tengan por ley los mismos días de incapacidad en el trabajo por maternidad y paternidad).
- Disfruta cada etapa con tu familia, recuerda que los días son largos pero los años cortos, cuida de no arrepentirte por haber podido estar presente, recuerda y replantea tus prioridades si tus actividades te alejan de tu familia.
Este, sobre todo, es un llamado a los jóvenes sedientos de cambios buenos en la sociedad y capaces de romper con patrones que siguen alimentando la injusticia, y esque, esto no solo es cuestion de justicia, es cuestión de amor, de humanidad, de no perder la oportunidad de sentir la felicidad de lo que es amar a través del servicio a la familia y el tiempo de calidad. En serio, la sociedad está gritando por una paternidad presente.
Sé que suena difícil, pero con tiempo de calidad me refiero a momentos, no días, y si te cuesta trabajo porque crees que vas a perder económicamente, que no serás igual de exitoso, pregúntale a cualquier hijo que tuvo un padre ausente, qué hubiera preferido más: cosas materiales o más momentos con papá.
Además, es mentira que la maternidad y la paternidad alejan el éxito, al contrario, lo impulsa y da un motivo mayor para seguir luchando en la vida. Muchas parejas lo han demostrado y lo expresan abiertamente, por el contrario, dicen que su mayor éxito es haber sido padres. Tampoco es para romantizar y descartar todos los retos que trae consigo, sobre todo, sin una verdadera corresponsabilidad.
Hay que recordar también que el mundo pinta muchas veces el éxito como el hacer o tener cosas, pero el verdadero éxito, al que Dios te llama: es al éxito del Ser, que vivas auténticamente desde tu masculinidad y femineidad, sin compararte con nadie, que valores los pequeños detalles de la vida, que te conozcas bien y busques tu pasión, sigas tus sueños y anhelos buscando la voluntad de Dios y entregándole las cargas pesadas.
Con amor Psic. Fernanda Vargas de @Formarte
Dedico todas estas palabras a mi mamá Claudia Altamirano, una madre excepcional la cual me ha dado un gran soporte emocional y siempre me ha impulsado a que nunca abandone mis sueños.
Mi Hermosa Fer, solo te puedo decir que Dios no se equivica al haberte dado esa Madre ejemplar, lo que uno siembra cosecha.
Que estas palabra lleguen a todo el mundo para siga la mision de Dios al unir a la pareja y formar su familia.
EXELENTE la mejor psicóloga 👩⚕️ e hija del mundo 🌍 Dios te bendiga siempre, te ama …. MAMI ….! 💕