Madre y profesional al mismo tiempo: tratando de encontrar el balance

¡Hola!

Hace tiempo que no escribo un artículo. El último que escribí fue sobre mi relato de parto, cuando nació Sofi.

Así que aquí voy nuevamente, intentando que lo que pienso pueda reflejarlo bien en estas líneas. Para mi, un artículo bien escrito puede incluso ser más eficiente que un podcast o un video. Así que aquí vamos.

Para quienes no saben, yo Karla, soy “la quelida” en este blog, esposa y mamá y de profesión soy ingeniera empresarial y maestra en Ciencias de la Familia (sobre por qué elegí hacer esta maestría daría para otro artículo).

Hace 6 años empecé a trabajar en un banco en el que siempre quise trabajar. Es uno de los más reconocidos aquí en Perú y particularmente siempre lo vi como muy innovador (por eso mi interés).

Pasé un proceso de selección intenso ni bien terminé la carrera y gracias a Dios fui parte de las elegidas. De arranque me dieron un buen proyecto y desde ese entonces he ido creciendo en mi carrera profesional y rotando entre áreas, una mejor que la anterior. Actualmente soy jefa en un área de transformación digital.

En el 2017, cuando empecé a trabajar ahí, el sueño fue siempre crecer y llegar a ser gerenta. De hecho, desde cuando estaba en la universidad tenía ese sueño.

Estaba en una relación con Renzo, el conocía de este sueño, pero la verdad nunca me había puesto a pensar en el momento en el que fuera mamá y cómo lo iba a llevar.

Tenía solo 23 años, todavía ni estaba comprometida, entonces ni se me cruzaba por la cabeza.

Seguía creciendo y muy enfocada en mi trabajo.

Eso sí, siempre velé por un balance con mi vida personal: salía temprano para ir a mis clases de ballet, ver a Renzo o ir a mi casa a descansar. He tenido la suerte de tener muy buenos jefes que promovían este balance también.

Pasó que me casé y al poco tiempo salí embarazada. Fue en época de pandemia así que ya estaba trabajando en home office. De hecho, desde un poco antes de la pandemia, yo ya estaba en un grupo “experimento” haciendo trabajo híbrido (que me encantaba).

Recién casada, recién embarazada y trabajando desde casa. Con mi esposo, que también trabajaba desde casa.

La verdad estaba contenta. Ese lujo no lo tienen todos. Podía descansar si me sentía un poco mal, me dieron una silla ergonómica para trabajar más cómoda y siempre estaban al pendiente. No me puedo quejar de la calidad humana de las personas del banco.

Claro que ahí, ya pensaba en cómo equilibrar mi vida como mamá (y esposa) con mi vida profesional.

Yo quería seguir creciendo laboralmente, me estaba yendo bastante bien, y a la vez, quería ser la mejor mamá, quien siempre esté presente para su bebé.

Pasé los 9 meses de embarazo trabajando. Salí de licencia un viernes y ese mismo día rompí fuente y al día siguiente di a luz.

Tuve mis 4 meses 100% dedicados a mi bebé. Pegaditas siempre.

Pasaron los 4 meses y tuve que regresar a trabajar. Lo bueno es que en mi trabajo ya se había decidido que iba a ser home office y que de manera opcional podías ir presencial.

Mi regreso fue al escritorio de mi casa a estar frente a mi computadora, pero donde podía seguir cargando a mi bebé y dándole de lactar.

Decidimos, junto con mi esposo, contratar a una persona que nos ayude igual, porque si bien estaba en casa no podría ver ambos al mismo tiempo y encima limpiar, cocinar, etc.

Primera clave: pedir ayuda.

Para mi era un lujo tener un trabajo así. De igual forma, no me podía imaginar dejando a mi bebé de 4 meses y yendo a trabajar fuera de casa todo el día. Se me partía el corazón imaginar que muchísimas madres tienen que pasar por eso. Sinceramente si no hubiese tenido ese privilegio de trabajar de casa, no sé que hubiese hecho.

Bueno, pude darle de lactar a Sofi hasta el año. Sin biberón prácticamente, porque no lo agarraba. Claro que ella poco a poco estaba más despierta y quería jugar. Aquí entraba su nana que la cuidaba y jugaba pero claro, mi esposo y yo en la misma casa a metros viéndolas. En cada break podíamos verla, etc.

El apoyo de la nana y de mi esposo, me permitieron continuar trabajando (ojo, también es parte de nuestra circunstancia, no era una opción dejar el trabajo y dejar de traer ese aporte económico a la familia).

Segunda clave: el apoyo incondicional de tu esposo y/o papá de tu bebé

Y así continúa hasta el momento. Sofi ya tiene 1 año 8 meses y desde que nació, incluso, me han ascendido.

Eso quiere decir que he podido trabajar bien, enfocarme, rendir bien como siempre lo hacía y, a la vez, ser la mejor mamá que puedo ser para mi bebé, llevándola a sus clases de estimulación, manejando mis horarios para poder verla durante el día y sacarla al parque, desayunar y almorzar juntos los 3.

Hace unas semanas me llamaron para invitarme a un viaje por trabajo. Eso nunca había pasado ni me lo imaginaba porque lo veía muuuuy lejano. Estaba en shock, emocionada. Mi esposo se alegró conmigo, es una invitación enorme!

Inmediatamente me vino un remordimiento: dejaré a mi bebé, no me va a ver por esos días

Pese a que yo me he ido de viaje con mi esposo, solos, esto era diferente… me iba sola, por trabajo. No sé, sentía un remordimiento que nunca sentí antes.

Renzo me dijo que no me preocupe, total, eran solo 3 días y él se iba a quedar con ella y también iba a estar su nana y podíamos llamar a los abuelos.

Igual, se acercaban los días del viaje y yo tenía una mezcla de sentimientos de emoción por esta oportunidad y tristeza de saber que no estaría con mi familia.

Creo que es normal y natural sentir toda clase de emoción. Lo validaba e iba un día a la vez.

Llegó el momento de la despedida y ella no lo sintió porque la abracé fuerte cuando se dormía, porque yo iba a salir en la madrugada. Siempre en las despedidas es más difícil. Mi esposo felizmente, me entiende a la perfección y tenía unas palabras precisas:

Me fui con el mix de emociones, pero ya no me sentía culpable. Estaba siendo lo que me tocaba hacer y con esa certeza tenía tranquilidad.

  • SI yo crezco, mi bebé se beneficia, mi familia se beneficia. Lo estaba haciendo por mi y también por ellos.

Pudimos conversar todas las mañanas y algunas noches por facetime con Sofi:

Y también pude enfocarme en mi trabajo, disfrutar conociendo un poquito más de Chile y acompañada de amigos del trabajo.

Eso hice: estar presente.

Así como lo estoy cuando estoy con mi hija.

Tercera clave: estar presente en lo que te toca estar

Si eres mamá y también tienes que trabajar ya sea porque tienes sueños a nivel profesional o porque necesitas del trabajo para sustentar a tu familia (o ambas) creéme que te entiendo. Entiendo que muchas veces puede ser agotador, demandante, unos días piensas que no puedes más, otros días te gana la culpa, otros sientes que no estás haciendo las cosas bien.

Yo lo que puedo decirte, si me permites, son 3 cosas:

  1. Aceptar tu realidad. No con resignación, sino con alegría de que por algo Dios nos ha puesto en esta circunstancia y hay que aceptarla.
  2. Pedir ayuda. Sola no podrás. Idealmente tienes el apoyo de tu pareja, pero si también trabaja, entonces necesitas ayuda externa.
  3. Estáte presente en lo que te toca. Yo sé que es imposible decir que no pienses en tu bebé mientras estás trabajando porque si o sí vas a pensar en él/ella, pero trata de concentrarte porque tienes que hacer bien las cosas que te tocan hacer. Y cuando estés con tu bebé, estáte presente, sin celulares, solo mirarlo a los ojos y estar ahí.

Bonus: si de por sí tu trabajo exige que estés fuera de casa todo el día, no estaría mal que veas otras opciones, ya sea otro trabajo part time, o una opción donde puedas trabajar desde casa.

Aquí entre nos, si ahora me preguntan si todavía mi sueño es ser gerente, pues ha cambiado.

Me encantaría seguir creciendo, pero ya no es la meta ser gerente, sino hasta donde se pueda y quiera. Primero, está el ser una mamá presente, que pueda trabajar sí, pero sin descuidar su familia y hogar.

Nuevamente, es difícil. A veces toca levantarse antes y dormirse después, pero es un sacrificio que estoy dispuesta a hacerlo para disfrutar a mi bebé y que, nuevamente, mi trabajo me lo permite por ser bastante flexible.

No soy la mejor mamá. Soy la mejor mamá para mi bebé. Y no lo digo con soberbia, sino sabiendo realmente que me esfuerzo DIARIAMENTE por estar con ella y a la vez ser la mejor profesional en mi trabajo.

Finalmente, te dejo con dos frases que pueden ser duras, pero a la vez hacerte reflexionar:

  • “En el trabajo todos somos reemplazables, en tu familia todos somos únicos y esenciales”
  • La santificación del trabajo es quicio de la santificación en medio del mundo. Es preciso además trabajar bien porque Dios quiere que nos ocupemos del mundo que Él mismo creó (cfr. Gn 1, 27; 2, 15), para llevar todo lo creado hacia Él (cfr. Jn 12, 32).

Karla 🙂

Compartir

5 comentarios en “Madre y profesional al mismo tiempo: tratando de encontrar el balance”

  1. Qué motivador leerte, una alegría inmensa y una bendición muy grande. Gracias por compartirnos tu experiencia, por abrirnos tu corazón. Y por priorizar a tu hermosa familia sin descuidar del trabajo.

  2. Gracias por compartirnos tu experiencia Karlita. Claramente hay muchos ámbitos profesionales, de ingenieros, administrativos o médicos no es lo mismo, sin embargo la idea, creo que es la misma, estar presente y hacer lo que te toca hacer de la mejor manera que puedes en ese momento 🥰✨ Si damos esa milla extra por los que amamos todo cansancio se confortará solo 💪🏼

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

artículos relacionados