
“Si no cree en Dios, entonces, debes terminar con él”, “esa persona no te conviene, te va alejar de Dios”, estos son algunos de los comentarios que, tal vez, podrías escuchar cuando le comentas a tus amigos o familiares que tu pareja o la persona con la que estás saliendo no cree en Dios. En realidad, al terminar de leer este artículo, no esperamos que salgas corriendo a hacer lo anterior, pero sí consideramos importante reflexionar sobre el tema.
Importancia de las creencias en la relación de pareja
Construir una relación de pareja lleva a conocer a la otra persona; esto implica dialogar sus puntos de vista, costumbres, creencias, entre otros. Las creencias definitivamente influyen en muchas dimensiones de nuestra vida y, en ese sentido, nuestros comportamientos e ideas necesariamente se ven atravesados por estas. Podemos tener creencias sobre diferentes temas y una de esas es nuestra espiritualidad.
Un punto importante aquí es ¿hasta qué punto podemos reconciliar nuestra visión de la vida como personas de fe con una persona sin fe?
La conversión no es tarea tuya, sino es fruto de la acción de Dios.
Quizás cuando queremos tener una vida de fe y descubrimos lo maravilloso que es el amor de Dios, lo lógico y coherente es que queramos compartir eso con las personas más especiales. Y, por supuesto, nuestra pareja tiene un lugar muy importante allí. Sin embargo, no podemos olvidar que debemos aprender a ser humildes y recordar que nosotros no somos quienes convertimos a la gente, sino Dios mismo. Por eso, la conversión es fruto de la acción de Dios en nuestros corazones; por lo tanto, es algo que debemos pedirle a Dios. ¡Pidámosle a Dios que encienda la fe de nuestra pareja! Y Él le concederá esa gracia cuando sea el momento indicado. No podemos olvidar que nuestro corazón fue hecho para unirse por completo con el corazón de Dios y, aunque tu pareja en el momento no crea en Él, todo su ser lo busca. Decía el gran san Agustín: “Nos hiciste, Señor, para ti e inquieto está nuestro corazón hasta que descanse en Ti”; por eso, siempre estaremos en búsqueda de respuestas hasta que descubramos el amor de Jesús
Mientras tanto ¿qué podemos hacer?
- No dejemos de rezar, hacer ofrecimientos a Dios con la intención de la conversión de tu pareja y tuya.
- Ser muy pero muy pacientes: Tener presente que muchas cosas no suceden en el tiempo que nosotros tenemos pensado, sino cuando Dios lo dispone.
- No busques tener todo bajo tu control, deja a Dios actuar y claramente a tu pareja también.
- Evitemos juzgar o señalar al otro, pues incluso en estos momentos que pueden ser difíciles para nosotros son misteriosamente una ocasión para renovarnos en nuestra vida cristiana y recordar que lo que más vale no es lo que nosotros hagamos sino lo que Dios quiera hacer con nosotros.
- Sigue viviendo tu amistad con Dios, así tu pareja no los comparta. Si te ama verdaderamente también respetará lo anterior. Esta puede ser una ocasión también para explicarle el sentido de lo que haces, claramente, sin entrar tal vez en ideas difíciles de comprender.
- Dios se esconde en los pequeños detalles; por eso, los pequeños actos de amor que hagas que transmitan ese amor de Dios será mejor que las muchas horas de discusión que puedan tener.
- Entiende también el momento de vida que atraviesa tu pareja y, luego, de examínate bien, piensa “¿de verdad siento que es la persona con la cual debería estar en este momento?”
- Piensa ¿hasta qué punto puedo vivir plenamente con esa persona la vocación que Dios me ha dado?
¿Cómo te pide Dios estar en la vida del otro?
Si bien no sabemos con exactitud si nuestra pareja algún día se acercará a Dios, es importante que podamos ir entendiendo el lugar que ocupamos en su proceso de conversión. No es un asunto fácil acoger el modo en que Dios me pide estar en la vida del otro y es verdad que cada caso es distinto; sin embargo, algunas claridades que se pueden tener en este proceso para evitar errores es, por un lado, no querer ser el director espiritual de nuestra pareja, pues al tener tantos afectos en el medio es difícil asumir este rol; en cambio, lo que sí podemos (y necesitamos) es rezar por su conversión, y todas las acciones mencionadas anteriormente. Es importante siempre tener presente que la relación que Dios quiere tener con nosotros es una relación en libertad y con amor.
Por eso, lo más coherente que podemos hacer en ese proceso es respetar la libertad que Dios le ha concedido a esa persona, confiando en que Él nunca falla. Para finalizar, valdría la pena sugerir volver sobre la historia de San Agustín, quien por mucho tiempo vivió lejos de la fe y, luego de mucho tiempo y gracias a las oraciones de su madre, se acercó a Dios ¡Y en qué santo se convirtió!
No dudes en escribirnos si tienes alguna duda.
Isa y Gary @volveraloesencial
Gracias por estas palabras, me alientan a seguir.
Dios te bendiga! Estoy desilusionada, y me cuesta amar al que niega a Dios.
¡No lo puedo entender!
¡No obstante, se que Dios es fiel, y conoce los anhelos de mi corazón.
¡Gracias, hermano por escribir estás palabras de aliento! 🫶
Greetings! Very useful advice within this article!
It’s the little changes that produce the most significant changes.
Many thanks for sharing!