
Muchas veces nos han preguntado si teníamos miedo al matrimonio, por el mismo hecho que hoy en día miles de personas se casan y al poco tiempo se terminan divorciando por temas de compatibilidad, caracteres, infidelidad, desconocimiento, violencia, entre otros. Pero partamos teniendo claro lo siguiente:
📚 ¿Que es el miedo?
Según Oxford Languages es un(a):
– Sentimiento de desconfianza que impulsa a creer que ocurrirá un hecho contrario a lo que se desea.
– Sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario.
Entonces, aquí va nuestra respuesta y es que sí, claro que hemos sentido MIEDO siendo enamorados, como también novios (en medio de los preparativos) y estos fueron algunos miedos que se aparecieron a lo largo de nuestra relación:
- De no ser suficiente para el otro.
- De pensar en lo que pasaría si …
- De finalizar la relación en medio del noviazgo.
- De pensar en que el otro no se quiere casar
- De elegir la vocación equivocada
- De estar en una relación que no funcione en el futuro.
- Del que dirán por ser “jóvenes”.
- De que las cosas no salgan según lo planeado.
- De no ser capaces de vivir un para siempre.
- Del famoso: “¿De qué vamos a vivir?”
- De nuestras heridas aún no sanadas.
1.“¿Cómo se cura el miedo del ‘para siempre’?”
Aquí viene lo mejor, escuchamos al Papa Francisco decir lo siguiente:
Se cura día a día, encomendándose al Señor Jesús en una vida que se convierte por medio de lo cotidiano, construyendo poco a poco con pasos pequeños y con el compromiso de llegar a ser mujeres y hombres maduros en la fe. Queridos novios, el «para siempre» no es sólo una cuestión de duración.
Un matrimonio no se logra sólo por su duración, sino que es importante su calidad. Estar juntos y saberse amar para siempre ,es el desafío de los esposos cristianos. Me viene a la mente el milagro de la multiplicación de los panes: también para vosotros el Señor puede multiplicar vuestro amor y donarlo a vosotros fresco y bueno cada día. ¡Tiene una reserva infinita de ese amor! Él os dona el amor que está en la base de vuestra unión y cada día lo renueva, lo refuerza. Y lo hace aún más grande cuando la familia crece con los hijos.
2. Recordar que el matrimonio se renueva todos los días
No es por querer asustarte más, pero es bueno que lo tengas claro antes de que te cases, que el matrimonio es un compromiso para toda la vida y necesita de una renovación diaria de ambos cónyuges. Es por ello que hoy en día vemos a muchos matrimonios que esta renovación diaria nunca se dio entre ellos y en vez de llevar con alegría este tiempo tan bello de vivir su vocación.
Todo lo contrario, se lleva como una mochila muy pesada sobre sus hombros donde no hay fidelidad, libertad, totalidad ni fecundidad. En este tiempo el mundo nos ha cegado, adormecido, distraído de lo que realmente es importante.
Los esposos están llamados a elegirse cada día de sus vidas, buscando renovar ese Sí que los unió aquel día en el altar. Ahora los invito a preguntarse, ¿Estás dispuesto a renovar este SI, todos los días?
3. No te quedes atrapado en el miedo
El miedo es un sentimiento o sensación que existe, pero no dejemos que permanezca en nosotros y peor aún que viva con nosotros hasta el punto de normalizarlo. Al contrario, entreguemos a Dios nuestros miedos con la seguridad de que Él no abandona, te ama tanto y sabe hoy qué miedo abrazas y quiere liberarte para vivir a plenitud tu vocación.
Cuando sientas ese miedo, esa sensación de angustia, es justo en ese momento donde te invitamos a trabajar la confianza en Dios, paso a paso, de menos a más, forjarlo por medio de la Oración, Sacramentos y conociendo más a Jesús por medio de las escrituras. No pierdas tiempo dejandote robar los sueños por tus miedos.
4. Un salto al vacío también da miedo
Está claro que uno no puede opinar hasta que no lo viva y es así la vida matrimonial, nosotros hicimos muchos planes, rutas, formas de organizar el hogar e infinidad de cosas, pero dentro de todo ello, no estábamos seguros a ciencia cierta cómo sería hasta vivirlo y así fue, nuestros primeros meses de casados hemos tenido tanto cambio de rutina que realmente ya hoy en día nuestra historia como esposos sigue siendo un salto al vacío. Esto puede generarnos incertidumbre, miedos, temores, pero nada debe quitarnos la confianza en Dios.
Puede que llegue un tiempo desafiante como una enfermedad, desempleo, etcétera. ¿Estás dispuesto a soltar el miedo y dar ese salto al vacío?
Finalmente, nadie dice que el matrimonio es fácil, implica muchas emociones, acciones y decisiones, pero sobre todo hay mucho miedo de por medio. Es por ello que es normal sentirlo, el problema viene cuando te quedas enfrascado en ello, para siempre es la peor decisión que puedes tomar porque te limita, te encierra, te abruma y terminas sobre pensando tanto que te pierdes la oportunidad de vivir esta gran aventura que conlleva a trabajar todos los días en medio de lo cotidiano para alcanzar la Santidad. Es por ello que ver hoy en día ver a jóvenes casándose, con miedo y temores temporales seguramente como la gran mayoría, pero confiados que Dios no los va abandonar, que ha elegido esa vocación para ellos porque sabe que pueden darse más del cien por ciento.
Como dijo el Papa Francisco:
“El matrimonio es un camino juntos de un hombre y una mujer, en el que el hombre tiene la misión de ayudar a la mujer a ser mejor mujer, y la mujer tiene la misión de ayudar a su marido a ser más hombre. Esta es la misión que tienen entre ustedes. Es la reciprocidad de la diferencia “.
¡Reflexiona, detenidamente cada frase y pregunta!
Con mucho aprecio.
Lorena y Diego
@quelamornosacompane.blog