
Queridos amigos ¡Feliz año!
Estas fechas son muy especiales, de un modo muy natural empezar un nuevo año nos pone frente a nuestra vida e historia personal y siempre se nos vienen a la mente los principales eventos del año; ¿En qué se avanzó?, ¿Qué quedó pendiente? Son preguntas que nos rondan la cabeza una y otra vez. Esta necesidad de valorar lo vivido, recoger la experiencia vivenciada y de comprender el tiempo que estamos atravesando, nos muestra algo esencial y es que no podemos vivir en automático nuestra vida, aunque así aparente ser muchas veces, tendremos que hacer un “pare” y comprender qué estamos viviendo, qué significa este tiempo para mí, para mi pareja y ver qué rumbo Dios nos suscita tomar.
Pensamientos asociados al inicio de un nuevo año
Considerando lo dicho hasta el momento, todos sabemos que los cambios y ciclos nuevos traen retos, pues nos ponen de cara a realidades desconocidas que necesitaremos aprender a sortear en pareja; cada uno puede aproximarse a lo desconocido de una manera diferente, mientras para uno el cambio puede suscitar expectativa y emoción, para otro puede traer angustia o ansiedad por la sensación de poco control que experimenta, en ese sentido será necesario aprender a validar todas las emociones que surgen en este tiempo.
Hay algo que nunca nos enseñan en ningún colegio o universidad y es a atravesar la incertidumbre, cuanto menos se nos enseña a vivir con esperanza en el mundo actual, pareciera que la cultura de lo inmediato nos quiere llevar tener una solución para todo y a planificar todo en exceso, dejando poco o ningún lugar a lo espontáneo, no da espacio a la pareja para pensarse la realidad, para dejar que Dios hable en el silencio del corazón para que de allí broten las respuestas.
️La incertidumbre genera otra emoción en quien la vive y es el temor por iniciar un nuevo ciclo, a tal punto que las personas terminan por inmovilizarse. Esto puede llevar a la procrastinación en las diferentes dimensiones de la vida de la persona, manifestándose tal vez en pereza, desmotivación, falta de toma de decisiones, etc. Ahora bien, lo anterior puede surgir por diferentes motivos y uno de los más comunes es la falta de seguridad en sí mismo, donde ante los retos y experiencias desconocidas que pueda traer el inicio de un nuevo ciclo, la persona puede sentir que no será capaz de hacerlo y prefiere detenerse ante su realidad.
Ante estas dos actitudes que pueden manifestarse de manera frecuente, podemos identificar que se trata de encontrar un sano equilibrio, en donde se dé importancia a la planificación y movilización ante la realidad que tenemos, pero dejando que Dios actúe en nuestras vidas, con la conciencia de saber que si ocurren situaciones inesperadas (porque hace parte de la naturaleza de la vida) podamos tener la libertad suficiente para acogerlas y seguir adelante con la esperanza y convicción de que es Dios quien guía nuestro caminar.
Aprender a caminar juntos
Habiendo identificado lo anterior, es importante anotar que iniciar un nuevo año también implica involucrar nuestra relación de pareja.
En la vida de pareja hay un camino que deben hacer juntos, y eso supone aprender a mirar al otro y buscar, en la individualidad de cada uno, un camino unido. Ahora, al ser un aprendizaje es algo por lo cual los dos deben trabajar, hacer renuncias para cambiar actitudes individualistas por posturas abiertas al otro. Asimismo, la pareja tendrá que aprender que esa unidad no siempre se expresa como uniformidad, sino que cada uno en lo que es, está llamado a ser un Don para el otro. Al mismo tiempo tenemos que aprender a descubrir lo que el otro es, para recibirlo en su totalidad, esa es la promesa que se hacen los esposos en el altar “yo te recibo a ti como esposo(a) y me entrego a ti y prometo amarte y respetarte…” por eso el camino que cada vez se une más, no es importante recorrerlo juntos de la misma manera siempre, sino recorrerlo con el mismo fin. ️Lo anterior se vive plenamente en el matrimonio, sin embargo, ¡el noviazgo es el momento ideal para ir interiorizando y practicándolo de alguna manera!
Teniendo en cuenta lo abordado hasta el momento, quisiéramos proponerles tres temas prácticos para abordar en pareja:
1. Conclusiones del año anterior 2021, cada uno puede compartir:
- Mi recuerdo más especial
- Mi mayor reto
- Mi principal aprendizaje
- Lo que más agradezco
- Lo que quedó pendiente
- Lo que más me dolió
2. Tener un momento para dialogar lo que siente cada uno frente al inicio de este nuevo año. No es suficiente una respuesta de “bien” o “mal”. Es importante profundizar en lo que cada uno siente y ponerlo en palabras. Seguramente serán emociones diferentes las que cada uno siente, y ¡eso está bien! Seguramente encontrarán en el otro y en Dios un apoyo para la experiencia actual que viven.
3. ¿Qué esperamos como pareja en este año que comienza?Acá pueden dialogar sobre los aspectos a rescatar del año anterior que fueron positivos y quisieran seguir implementando este año. Después, pueden conversar sobre los aspectos que consideran importantes a trabajar este nuevo año y definir acciones concretas.
Por último, quisiéramos sugerirles que finalizando cada uno de estos temas de conversación puedan tener un momento de oración juntos como pareja. Realmente en ocasiones tendemos a creer que por nuestros propios medios lograremos todo lo que deseamos, sin embargo, Dios en su infinito amor es el que nos acompaña en todos estos procesos.
Esperamos que sea un año lleno de mucho amor y comprensión.
Isa y Gary.
Muchas gracias, Isa y Gary. Son temas muy puntuales para conversar en pareja y nos pueden dar muchas luces de cara al futuro. Un abrazo.
Muchas gracias por el articulo! Nos va ser de mucha ayuda!!