Profundizando en lo que significa la fidelidad

Hace poco comprendí el significado histórico de la palabra Alianza, el cual se remonta desde la antigüedad cuando, para manifestar la fidelidad a las promesas, entre familias o pueblos, las alianzas eran selladas con sangre por el significado tan grande que tenían las promesas. Ahora bien, si esto ocurría desde la antigüedad, por qué no replantearnos la profundidad de una promesa tan grande como lo es la fidelidad en la actualidad. 

Hoy en día muchas personas cuando piensan en la palabra fidelidad piensan inmediatamente en compromiso, y cuando piensan en compromiso simplemente huyen de lo que pudiera atarlos a él. Y es que ciertamente nos encontramos en una época que nos vende que todo es desechable y reemplazable y que simplemente si no nos gusta o pierde sentido se puede cambiar. 

Es importante, como siempre, hacer un ejercicio de reflexión. Por todo lo anterior, me gustaría replantear la fidelidad como una vital expresión del amor, como un don para el otro, un valor de servicio. Esta, debe partir de la honestidad y del respeto hacia tu pareja, que establezca una conexión tan fuerte que la constancia y perseverancia por custodiar lo más sagrado que tienes, en este caso tu pareja, perdure hasta el final de tu vida.

Así es la alianza que los esposos forman entre ellos y con Dios, desde el día de su matrimonio, teniendo la clara conciencia de las palabras que se dicen de corazón a corazón cuando se entregan los anillos – que no por casualidad se llaman alianzas matrimoniales – en donde ambos expresan: “recibe este anillo como signo de mi amor y de mi fidelidad”…signo que debe permanecer vivo con los días, meses, años.

Para esto, como en una construcción, las bases sólidas son las que generan estabilidad y son la coraza frente a temblores y ataques externos. Estas bases sólidas están constituidas por un profundo conocimiento el uno del otro, por una profunda confianza en el proyecto que están construyendo como pareja y por el deseo de crecer mutuamente en su espiritualidad.

El conocimiento el uno del otro se da desde que comienza la amistad, pero debe profundizar con el paso del tiempo, no debe quedar en lo superficial, sino que podamos conocer la mayor parte de lo que mi pareja piensa y siente. “¿Qué pensaría mi pareja ante cada situación difícil que yo tuviera que pasar?”. El pensar en lo que mi pareja pensaría o cómo se sentiría es una capa que suma a la coraza de la fidelidad.

Esta profunda confianza hace que no caigamos ante juegos de celos pero, más allá de esto, nos da la tranquilidad que cada cosa que hacemos con o sin el otro al lado es de igual forma por el otro. Es saber que mi trabajo lo hago por él o ella, que mi estudio lo hago de la mejor forma por él o ella, etc.

En la vida nos preparamos con una carrera y sumando títulos pero, pocas veces, nos detenemos a formar el corazón con el cual estaremos preparados, armados, para cumplir las alianzas, las promesas, sobrellevar los momentos difíciles de pareja, de familia, librar tentaciones, vivir la fidelidad, renovar el Amor, estando dispuestos a vivir por la otra persona, amarle con todos sus matices para toda la vida. Por ello la urgencia de formarse también, de preparar el corazón, y estos artículos ayudan a eso.

Hay una sabia frase que dice que no se puede hacer daño a alguien más, sin hacerse daño uno mismo, y es justo lo que ocurre cuando se falta a la fidelidad: ese daño que se genera en el cónyuge, será un daño aún mayor para el que la comete. Por ello, el deseo de crecer mutuamente en la espiritualidad nos da la dimensión sagrada de la fidelidad, de saber que la relación que construimos tiene un vínculo más sagrado que la sangre y que no importa lo que vemos alrededor o lo que la sociedad proponga, el desafío es ir contra la corriente, siendo uno los dos con Dios.

Es cierto que los tiempos son difíciles, que las palabras Amor y compromiso han sido pisoteadas, pero tengamos más presente que nunca, en nuestra vida de pareja, que la victoria es de Dios y con Él en nuestra vida daremos pasos trascendentes. 

Ana Yansy Soto Cuarenta.

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