
Cada vez es más común que personas a nuestro alrededor o nosotros mismos suframos de ansiedad. Lo curioso de todo esto es que pocas veces nos detenemos a investigar sobre de qué se trata la misma, cómo afecta a la persona, a su desarrollo, en su autoestima y relaciones, en definitiva, en su calidad de vida. El hecho de que sea algo común hoy en día, en pleno siglo XXI, no significa que sea algo normal. De acuerdo con un estudio actualizado realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que la depresión y la ansiedad aumentaron un 25% durante el año de la pandemia.
En este artículo ahondaremos en el tema, mencionando generales acerca de lo que es la ansiedad y qué aspectos son importantes tener en cuenta, pero es fundamental aclarar que si se está atravesando por ella es sumamente necesario consultar con un profesional de la salud, no automedicarse y tampoco adelantar diagnósticos sin la supervisión adecuada.
¿Qué es la ansiedad? Según la Real Academia Española, “la ansiedad es un estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo; angustia que suele acompañar a muchas enfermedades sin permitir el sosiego”. Además Sanam Hafeez, neuropsicólogo y miembro de la facultad de la Universidad de Columbia, afirma que “la ansiedad es la respuesta del cuerpo a la preocupación y al miedo. Sin embargo, no es tan simple, ya que existe una amplia diversidad en cuanto a la profundidad con la que la ansiedad afecta a las personas y en la medida en que interfiere con su calidad de vida”.
Como vemos, la ansiedad no es algo que puede pasar desapercibida, en el momento en que se presenta y mucho más si es una situación que perdura en el tiempo, seguramente afecta y afectará todos los espacios en los que se desenvuelve una persona. Es sumamente importante dar aviso si la ansiedad comienza a ser recurrente en mi vida, o en la vida de las personas que nos rodean. Para ello, es clave conocerme, saber cuáles son mis reacciones ante ciertos estímulos, qué situaciones generan en mí angustia desmedida y, sobre todo, qué es lo que hago luego de sufrir un episodio de ansiedad.
¿De qué manera puede manifestarse la ansiedad? La misma puede darse a través de ataques de pánico, preocupaciones excesivas, agorafobia (miedo a lugares que pueden causar sentimientos de ansiedad), náuseas, llanto, dificultad para respirar, sensación de nerviosismo, tensión muscular, miedo desmedido, aumento de la frecuencia cardíaca, temblores, sudoración, entre otros. Cada persona es un mundo, y cada uno de nosotros es único e irrepetible, es por ello que las manifestaciones mencionadas anteriormente son meramente enunciativas y cualquier otra que pueda darse no será excluyente.
¿Qué situaciones pueden causar la ansiedad? hay múltiples causas, algunas de ellas pueden ser:
– La vivencia de una situación traumática
-Muerte de un familiar o persona cercana y querida
-Enfermedad grave. Cuestiones médicas
-Separación
-Fatiga frecuente
-Fobias a objetos o situaciones
-Sentimiento de falta de control ante ciertos contextos o circunstancias
-Acumulación de vivencias estresantes
-Reuniones sociales con mucha aglomeración de personas
-Miedos infundados en relación a lo que aqueja realmente en la realidad
-Baja autoestima
-Abuso de sustancias
Al encontrar y conocer en profundidad la causa que genera episodios de ansiedad, se podrá pensar en un diagnóstico y tratamiento acertado para poder superar paulatinamente dicho escenario. ¿Si tengo ansiedad, también sufro de depresión? Es menester señalar que no son sinónimos, sino que cada una de ellas guarda características que le son propias. Puede ser que quien tenga ansiedad en conjunto también sobrelleve la depresión, pero también puede darse el caso de que solo se tenga ansiedad.
¿Qué hago si sufro ansiedad? Primeramente y ante todo, lo principal es saber detectar si los episodios que se presentan provocan en mi persona cambios nunca antes vistos (dificultad en la respiración, temblor, miedo excesivo, náuseas, etc.), en segunda instancia observarme para evaluar si éstos se producen con frecuencia y, por último, pero no menos importante ya que es una tarea más minuciosa, detectar qué y cuáles situaciones provocan dichos eventos de ansiedad.
Algunas de las siguientes son sugerencias que pueden ayudar para comenzar a encarar esta situación, siempre buscando mejorar la calidad de vida de la persona que está atravesando la misma.
– Aceptar la situación. Es clave, y aunque parezca algo sobreabundante u obvio, no lo es. No se puede cambiar nada si antes no se asume lo que se está viviendo y cómo ello afecta el día a día de la cotidianeidad.
-Conocerme. Al hacerlo, podré detectar más fácilmente el origen de la afección, saber cuáles son esas reacciones ajenas a mi comportamiento que provocan malestar, a veces llegando a ser intolerantes.
-Exteriorizar, verbalizar lo que siento, lo que me preocupa, todo lo que más pueda poner en palabras. Ello ayuda a hacerlo consciente y, por ende, permitirá un mejor tratamiento.
-Buscar apoyo en personas de confianza como amigos, familiares, pareja. Pedir que acompañen en este proceso es clave para no estar solo enfrentando esta circunstancia. Tener un sostén es sustancial, ya que habrá momentos en los que pueda llegar a sentirse que uno no puede más, que quiere rendirse y es ahí donde el aliento del otro cobra mayor protagonismo.
-Consultar con expertos capacitados para ello. Hay personas que se prepararon y estudiaron para asistir y conducir a quien sufre ansiedad. No subestimar la colaboración de un profesional de la salud también es crucial, ellos están capacitados para brindar herramientas esenciales y específicas para esta particularidad.
-Mantener la esperanza, la tranquilidad y serenidad. Estar bien de ánimo, hacer actividades que nos gusten y generen satisfacción permitirá afrontar de otra manera el proceso. Los trastornos de la ansiedad pueden tratarse y superarse, desesperarse solo llevará a la persona a caer en un pozo de desaliento.
Con ayuda y tratamiento es posible. ¡Ánimo! Que sufrir de ansiedad no implica creer que todo está perdido o que no hay salida. Por el contrario, nuestras vivencias, lo que atravesamos, puede llegar a ser de gran aprendizaje y provecho para nuestro crecimiento como personas.
María Eugenia. /@euge.gaffet