¿Se casa uno con la familia del cónyuge?


La relación de los miembros de la pareja con la familia política tristemente es un motivo frecuente de discusiones. La idea de la mala relación con los suegros no es solo un mito.

Es muy común escuchar chistes sobre las suegras, pareciera que se llevan el trofeo en cuanto a desagrado en las familias.

Ante la pregunta “¿se casa uno con la familia del cónyuge?” se pueden tener puntos de vista diferentes. En mi opinión, considero que uno elige a su futuro esposo/a, no a su familia, que con quien se casa es con la pareja, y con ella es con quien te comprometes y se da el gran SÍ; sin embargo, no podemos dejar de lado que cada uno proviene de familias con valores, cultura, costumbres y maneras de relacionarse diferentes. La familia del cónyuge va a estar presente, van a convivir con ella y, de cierta manera, formará parte de su vida. La familia es parte de esa persona que eliges y con la que estarás durante toda la vida.

– ¿Es importante la relación con la familia de mi cónyuge? 

La relación con otras personas, en especial con la familia de la persona que más amas, siempre debe ayudarte a ser mejor persona y no lo contrario, al punto de poder llegar a experimentar la riqueza de cada miembro de la familia, como tu propia familia.

Como mencionaba, es muy común escuchar burlas o chistes sobre suegras o la familia política, podría enlistar varios chistes que se me vienen a la mente y en el fondo es porque tienen algo de verdad. Las causas pueden ser varias, desde temperamentos diferentes, formas diversas de ver las cosas, celos o sentimiento de desplazamiento por parte de la madre o dependencia emocional. Sobre este último aspecto, recordemos lo siguiente: «Abandonará el hombre a su padre y a su madre» (Gn 2,24). Los padres no deben ser abandonados ni descuidados; sin embargo, para unirse en matrimonio, hay que dejarlos, de manera que el nuevo hogar sea la morada, la protección, la plataforma y el proyecto, y sea posible convertirse de verdad en «una sola carne» (189. Amoris laetitia).

Algo que hay que tener claro es que, desde que te casas, tu esposo es tu familia; sin duda, vas a extrañar a tu familia de origen, pero te corresponde estar donde está tu nueva familia, los lazos que se tienen seguirán, pero ahora la pareja irá labrando su propio camino.

Entonces, ¿qué pasa si no tengo una buena relación con mi familia política?

Reflexiona sobre lo que está pasando y cómo se llegó hasta ese punto. A partir de ahí, trabaja y desarrolla los siguientes puntos que pueden ayudarte en la convivencia:

Comunicación con tu pareja y con su familia: Con tu pareja, abriendo tu corazón, expresando aquello que te haga sentir mal sobre la relación con su familia. Con la familia de tu pareja, manifestando tanto lo bueno, como aquello que te puede llegar a hacer sentir incómodo; cuando haya alguna ofensa o mal entendido, recuerda que las palabras destruyen o construyen. Insisto, tu pareja es lo más importante y, por ende, te puede ayudar con su familia a expresar el sentir que te cuesta decir ante ellos.

Inteligencia emocional: Seguramente conoces este concepto y, si no, te invito a estudiar más sobre el mismo, ya que es de gran ayuda en muchas esferas de la vida. Para la convivencia con la familia política, brindará las herramientas para saber controlarse ante una situación tensa, a no dejarse llevar por las emociones, impulsos, gestos y, sobre todo, a no tomarse las cosas personales. 

Establecer límites: Los cuales inician cuando se hablan en pareja. Pueden establecer qué pueden permitir ante sus familias y qué no, sabiendo el momento de poner límites, sobre infinidad de temas. Por ejemplo: comentarios sobre la crianza de los hijos, sobre la casa, sobre la forma de cocinar, entre otros, siempre recordando que estos límites se deben aplicar con asertividad y respeto hacia la familia. 

No crear divisiones o bandos: Evitar a toda costa poner a tu pareja contra la espada y la pared dando a elegir entre la familia o tú. No se vale decir “voy a alejar a mi pareja de su familia y listo”, claro que no; el camino ideal es el diálogo. Si la situación es extrema, por así decirlo, lo mejor es mantenerse al margen e intentar tener una relación diplomática.

El pequeño núcleo familiar no debería aislarse de la familia ampliada, donde están los padres, los tíos, los primos (187. Amoris Laetitia).

Vivir la regla de oro: Tratar a los demás como nos gustaría ser tratados, intentar ponerse en el lugar de los suegros, cuñados y reflexionar sobre la forma de su trato. 

Valor para reconstruir la relación: Te invito a tomar la iniciativa en amar, en cambiar la situación. Cuando nos sentimos lastimados, es fácil caer en la indiferencia o en el resentimiento; por ello, ama tu primero y, con ayuda de Dios, ese Amor no quedará indiferente y, como el efecto de un boomerang, ese amor irá y vendrá y reconstruirá la relación con cualquier miembro de la familia, pidiendo perdón y perdonando si fuera el caso.

La familia es un pilar importantísimo, es de dónde venimos y gran parte de lo que somos se lo debemos a la misma.

Es hermoso escuchar cuando una suegra dice estoy ganando otro hijo/a, cuando  agradecen por amar a su hijo/a y, cuando en pareja, piden a Dios por sus padres, suegros, cuñados, por todos.

Es necesario dilatar el corazón, hacerlo más grande y recordar que ahí donde más cuesta, con la persona más difícil, el Amor perseverante tendrá mayor recompensa.

Es un desafío, porque es cierto que hay situaciones difíciles, que incluso se intensifican con el tiempo. Ojalá muchos suegros puedan también leer esto y saber que la hermosa tarea que tienen es la de acompañar a los esposos con mucho respeto.Recordemos que estamos llamados al Amor, que Dios puso esta capacidad en cada uno y esa es nuestra misión. Como decía San Juan de la Cruz; donde no hay Amor pon Amor y encontrarás Amor.

  • Ana Yansy Soto
Compartir

7 comentarios en “¿Se casa uno con la familia del cónyuge?”

  1. Me encantó, hay mucha razón en los puntos que se sugiere trabajar para que la relación entre pareja no se vea afectada y se puedan construir mejores lazos con la familia política.

  2. Excelente artículo, nos brinda muchas herramientas útiles y sencillas para actuar y vivir una relación sana y llena de amor con nuestra familia política. Felicidades!

  3. Bernardino Caballero Mendoza

    Nada hay más hermoso en la vida que un comentario sereno, juicioso, equilibrado de la familia. La felicidad es un estado que se construye todos lo días! No hay matrimonio perfecto! Hay matrimonios constructores de felicidad o de desgracia.
    Creo y espero que ustedes sean y son, fieles hacedores de los primeros.
    Un fuerte abrazo desde este rincón de América Latina!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

artículos relacionados