Transtornos de la conducta alimentaria

El cuerpo humano es el medio de expresión de todo el hombre, es por medio de su cuerpo que puede conocer el mundo y darse a conocer a otros, cuerpo que también es expresión del amor de Dios: ¿acaso el signo visible del amor de Cristo no es su cuerpo muerto y resucitado? 

Ahora bien, si el cuerpo  revela la esencia y naturaleza del hombre ¿por qué nos cuesta tanto amar nuestro cuerpo, aceptar su peso, estrías, cicatrices y formas?. Hoy en día las redes sociales están repletas de consejos para ser “fitness”, para bajar de peso, lograr las medidas perfectas, aumentar masa muscular y un sin número de información que no siempre es asimilada de forma saludable y es que sin duda una de las etapas más difíciles de crecer es ver cómo el cuerpo va cambiando, cambios que generan miedos, inseguridades, rechazo y dudas, que muchas veces son puerta para que ingresen los llamados trastornos de la conducta alimentaria. 

Según la Organización Mundial de la Salud los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) se caracterizan por una alteración significativa en la conducta alimenticia y la preocupación excesiva por la imagen y/o peso corporal, estos son cada vez más frecuentes en las edades de 12 a 24 años especialmente en las mujeres, pero también pueden desarrollarse en los hombres, este trastorno limita y distorsiona por completo la relación que la persona tiene con la comida y con su cuerpo. Entre los TCA más comunes están la anorexia, bulimia y vigorexia.

¿Cuáles son las causas de los TCA?

Los TCA son trastornos multideterminados, esto implica que existen factores predisponentes, desencadenantes y de mantenimiento, que combinados entre sí causan los TCA.  Entre los factores predisponentes tenemos: 

  • Factores socioculturales: sociedad de consumo, cultura de la delgadez, dietas de moda, etc.
  • Factores familiares: sobreprotección, padres ausentes, etc.
  • Factores individuales: baja autoestima, sentimientos de insuficiencia o invalidez, perfeccionismo, baja tolerancia a la frustración, entre otros.
  • Factores biológicos: sobrepeso, herencia y vulnerabilidad biológica.

Los factores desencadenantes son aquellos que empujan o precipitan a las personas con cierta vulnerabilidad a padecer TCA. Entre ellos tenemos factores estresores como problemas familiares, divorcio de los padres, abuso sexual, entre otros; y una vez que aparecen los TCA los factores de mantenimiento son los encargados de mantener y perpetuar el trastorno mediante las dietas restrictivas, ejercicio compulsivo, ingesta de fármacos, etc.

Importancia de la familia en el desarrollo de los TCA

La relación entre TCA y la dinámica familiar se hace evidente en el hecho de que más de un tercio de los pacientes diagnosticados con TCA destacan la disfunción familiar como un factor contribuyente al desarrollo de su trastorno (Tozzi, Sullivan, Fear, Makenzie y Bulik, 2003). Situaciones familiares como sobreprotección, rigidez familiar, apego ambivalente o inseguro, infidelidad, separaciones y/o divorcios crean el ambiente para que un adolescente vulnerable desarrolle TCA, así como también las críticas imprudentes que realizan los padres y/o familiares sobre el cuerpo de otros lastima profundamente y envía un mensaje incorrecto sobre los cuerpos: “solo el cuerpo delgado es un cuerpo perfecto”.

Influencia de la cultura en el desarrollo de TCA

En pleno XXI existen miles de recetas, ejercicios y dietas para lograr el cuerpo “perfecto”, propuestas muy actuales como el ayuno intermitente se presentan como opciones saludables para el cuerpo, son también promotoras de conductas de riesgo para los TCA. Si bien no existe nada de malo en cuidar tu alimentación el problema comienza cuando la comida y el ejercicio se convierten en una fuente de miedo, obsesión y preocupación constante, cuando tu vida gira en torno a cuántas calorías has consumido o cuánto ejercicio has hecho eres psicológicamente más vulnerable a padecer TCA y a dejarte influenciar por la idea que tienes que hacer ejercicio, tienes que tomar proteína, tienes que ayunar y mientras más horas ayunes mejor. Si sientes culpa y preocupación excesiva por el ejercicio y la comida estás frente a un indicador de TCA.

Cómo ayudar a un familiar/amigo con TCA

Si sospechas que un familiar/amigo tiene TCA y deseas ayudarlo, es importante que tomes en cuenta los siguientes consejos:

  1. No siempre hablar sobre su problema será fácil ¡Cuida tus palabras!

Muchos de los adolescentes o jóvenes con TCA, no aceptan que tienen un problema grave de su salud, no abordes con preguntas indiscretas, no comentes sobre su físico: “ya estás muy delgada”, “ se te ven los huesos”. Recuerda que al ser un trastorno mental su imagen corporal está distorsionada: lo que tu ves, no siempre es lo que ellos ven. Acompaña desde el amor y la compañía, recuérdale lo valioso/a que es.

  1. Escucha y se comprensivo

Un amigo no juzga ni cuestiona, es importante que puedas mostrarte comprensivo y respetuoso con su situación, que se sienta acompañado y escuchado sea tu objetivo principal. 

  1. Anímalo a buscar ayuda profesional

El soporte emocional que como amigo o familiar puedes dar es muy importante para el tratamiento de los TCA. Sin embargo, solo la ayuda profesional le brinda los recursos necesarios para tratar los TCA y mejorar su relación con la comida. Si la persona con TCA es menor de edad y se niega a buscar ayuda, es importante que puedas comentárselo a sus padres o una persona mayor de confianza.

  1. Empatía, ante todo

Es normal que no comprendas por qué tu amigo/familiar ha dejado de comer a pesar de que le ves muy delgado, recuerda es una enfermedad psíquica, no física, aunque el cuerpo sufra las consecuencias, por lo tanto, el discurso desde la lógica no te llevará a ningún lado, prueba con estas preguntas ¿Me parece que estás sufriendo mucho?, ¿Cómo te estás sintiendo con esto?, ¿Cómo puedo ayudarte?, ¡Aquí estoy cuando desees hablar!

  1. Ora por tu amigo y/o familiar

Tener TCA es una de las luchas más difíciles que puede tener un adolescente o joven, solo el 60% de los casos se recupera totalmente así que qué mejor herramienta que la oración fervorosa de un amigo. Si tu amigo/familiar con TCA se ha alejado de Dios, es un buen momento para que con paciencia puedas invitarlo a charlas, retiros y a la eucaristía. Es también momento de ofrecer pequeños sacrificios por la pronta recuperación de tu amigo, recuerda que el Espíritu Santo tiene el poder de romper la esclavitud de los TCA.

  1. Dios está trabajando en ti

Querido lector/a y si eres tú quien está pasando por un TCA, esta es la señal que estabas esperando para buscar ayuda, Jesús no mira tu peso, ni la talla de tu ropa, Él te ama por quien eres, y si aún no eres capaz de descubrir ese valor, es momento de preguntarle ¿Quién soy para ti Jesús? Solo Jesús puede revelarte tu verdadero valor.

Es importante recordar que no existe situación difícil, pecado o enfermedad que para Dios no sea una oportunidad para restaurarnos, amarnos y santificarnos. Tener TCA muchas veces puede sentirse como la peor pesadilla, pero en medio de esas aguas profundas de miedo, inseguridad y dolor, Dios está esperando a todos sus hijos para que puedan ser sanados. 

Para finalizar la Teología del Cuerpo nos revela que para Dios el cuerpo tiene un valor teológico por tres motivos: 1) Este ha sido querido y creado por Dios; 2) Dios ha elegido al cuerpo humano para revelarse a los hombres por medio de la encarnación (el verbo se hizo carne) y 3) A pesar de su crecimiento, sus sufrimientos, sus enfermedades y su muerte, el cuerpo humano está destinado a resucitar. Por lo tanto, cuida la morada que Dios ama y te ha dado para acompañarte hasta la eternidad.

-Andrea Melissa López

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